"Como a tantas cosas buenas en esta vida, llegué a Wildside tarde pero llegué bien. Tarde porque el único cassette con el que pude hacerme fue el de su Trisèria final. Bien porque lo hice de primera mano, en la época en que Marc Bassols y Félix Ortega nos dirigían (a un servidor y a Octavio Botana, Dani Resines, Jordi Corrales, Hugo de Cominges, etc.) en la irrepetible Rocks Musiczine. Melancolías generacionales al margen, recupero aquel álbum (y los dos anteriores, hallados en algún momento por Internet) y decido que todas las grandes bandas de las que supe en las oficinas de Rocks, desde Cracker hasta Backyard Babies y Social Distortion, encontraron reflejos "osonencs" (esto es, con personalidad propia) en la música de Wildside. Fui fan por walkman, fui fan en vivo y sigo siendo fan aquí y ahora mismo. La actual muerte de Wildside, en cuanto les da nueva vida, es una maravillosa noticia."
(Este texto ha aparecido, ligeramente extractado, en la sección Retrovisor de Mondo Sonoro de este mes de marzo.)
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