lunes, agosto 29, 2016

Ath. Bilbao 0 - FC Barcelona 1 (28/08/16)


1) Fue un bellísimo despliegue, el del Barça anoche, acentuado si cabe por el esfuerzo de un Athletic cuyos jugadores corrieron como leones etíopes, mordieron como leones kenianos, lucharon como leones vascos.

2) Y su artífice fue, sin duda, el cerebro cyborg de T-1000 Stegen.

3) Pese a regalar un pase comprometido a las primeras de cambio (y rechazar el consiguiente zambombazo de Beñat ¡con el mentón!, al mejor estilo Schwarzie), el cancerberator germano siguió cumpliendo a rajatabla con su directriz de sacar el balón jugado. Una y otra y otra vez. Y otra más.

4) La ubicuidad de Rakitic, la inteligencia de Umtiti (graduado cum laude en la Catedral tras solo ¿tres? partidos oficiales), la velocidad y el regate de Sergi Roberto, el primer toque de Busquets... todo ello ayudó, pero sin el compromiso y el valor de su portero hubiera resultado imposible.

5) El caso es que jugaba el Barça desde la línea de fondo propia, con once rivales por delante, y muchas, gozosísimas fueron las ocasiones en que acabó plantándose con superioridad numérica en zona de peligro, señal de su espectacular habilidad para superar las líneas de presión.

6) Lamentablemente, el centro de Arda que significó el cabezazo y gol de Rakitic fue el único instante de lucidez de una delantera donde Messi falló lo que no suele fallar, donde Denis "Baby" Suárez pecó de tibio y donde Luis "Destripaterrones" Suárez no cumplió en el remate sus muchas y sugerentes promesas en la elaboración de las jugadas.

7) Así las cosas, un marcador que fácilmente podría haber sido de 1-4 (porque a "Sarah Connor" Beñat se le fue un lanzamiento de falta por milímetros) se quedó en victoria por la mínima, con los riesgos que ello siempre conlleva. 

8) Aunque, bien mirado, la lírica, si sufrida, más lírica parece, ¿no?

PD: Constato que he redactado estas líneas a 29 de agosto; esto es, en pleno "Terminator Day". T-Stegen se merece tal adecuación.

lunes, agosto 01, 2016

Levantarse. Caer. Levantarse otra vez.

En lo que a la Segunda Guerra Mundial respecta, Varsovia es sinónimo de dos grandes obscenidades. La una fue el gueto. La otra, la estrategia del ejército soviético al plantarse a orillas del Vístula y esperar pacientemente, a lo largo de 63 días, a que el levantamiento de la Armia Krajowa fuera aplastado por los nazis, a lo que siguió la destrucción del 85% de la ciudad.

En lo que a la Segunda Guerra Mundial respecta, Varsovia es sinónimo de dos rebeliones tan fallidas como memorables. La una fue la del gueto (abril y mayo de 1943). La otra representó la mayor operación de resistencia contra la esvástica que Europa fuera a testimoniar.

Hoy se cumplen 72 años del primero de esos 63 días destinados al fracaso, también imprescindibles. Como cada 1 de agosto, durante un minuto la vida en Varsovia se detendrá. En memoria de la obscenidad. En memoria de quienes lucharon por la libertad y fueron abandonados a su suerte.