Las 1001 muertes de Kenneth McCormick (5)

1) Scott Tenorman Must Die – De risa al ver a Cartman haciendo de cerdito.
2) It Hits the Fan – De una enfermedad bíblica que lleva a la gente a vomitar sus intestinos cuando se repite demasiadas veces la palabra “shit”.
3) Cripple Fight – Atacado por un águila.
4) Super Best Friends – Se ahoga en el estanque frente al Lincoln Memorial durante el suicidio en masa de los seguidores del mago David Blaine.
5) Terrance and Phillip Behind the Blow – No muere, aunque le cortan los dos brazos y piernas.
6) Cartmanland – Empalado por una tubería durante una vuelta en la montaña rusa.
7) Proper Condom Use – De un boomerangazo en la cabeza.
8) Towelie – Abrasado en una piscina de lava.
9) Osama Bin Laden Has F**ty Pants – Durante un bombardeo del ejército de Estados Unidos en Afganistán.
10) How To Eat With Your Butt – Atropellado por una moto.
11) The Entity – De un disparo en la cabeza frente al control de seguridad del aeropuerto de Denver.
12) Here Comes the Neighborhood – No se sabe cómo: aparece muerto en el trineo que arrastran sus compañeros.
13) Kenny Dies – De una enfermedad terminal. Tan terminal que ya no vuelve a aparecer hasta el último capítulo de la sexta temporada.
14) Butter's Very Own Episode – No aparece.

Falling In Love Is Hard On The Knees (22)

El blog ladrador-crepuscular se suma a la muy pagana celebración de Halloween con el gótico sureño de Blanche y su No Matter Where You Go. ¡Muchas calaveritas y fémures para todos y todas!

"En la ciudad de Sylvia" (y 3)

A lo largo de su breve pero intensa carrera, José Luís Guerín ha demostrado (más bien nos ha recordado) que hay otras formas de hacer cine. Formas. Pues la realización fílmica no deja de ser el cómo se cuenta un qué, siendo ese qué aquello que el guionista volcara originalmente sobre el papel. En ocasiones, la confluencia entre ambos interrogantes ampara resultados tan felices como Tren de sombras, uno de los títulos más hermosamente indescriptibles a los que este ladrador crepuscular se haya enfrentado. El caso que nos ocupa, no obstante, es representativo de un curioso desequilibrio: la ausencia de contenido y la consiguiente apuesta radical por el continente. 84 minutos de un tipo oteando mujeres por las calles de una ciudad son muchos minutos, sean como sean esas mujeres y sea como sea esa ciudad. De modo que la cosa, antes que narración, deviene mero ejercicio de estilo. Y la poesía, tan necesaria en una propuesta de estas características, tan imprescindible para el cine de Guerín, acaba apenas asomando el hocico.

Buenos, sanos hábitos en la Premier

Es el ManU equipo de costumbres: van ya dos siglos que celebra los años acabados en 07 marcando cuatro goles en cuatro encuentros consecutivos. Porque los que obtuvieron Nani y Tévez el sábado pasado frente al Middlesbrough resultaron en verdad sensacionales, puedes oh lector crepuscular descargarlos aquí (y, de propina, porque el chaval no deja de sorprendernos, el de Cesc Fàbregas que le valió el empate al Arsenal en su visita a Anfield).

El amor es una literatura

"En la ciudad de Sylvia" (making of)

En la noche del sábado, dirigióse este ladrador crepuscular al cine Bosque a fin de visionar El orfanato. Habiendo llegado con 50 minutos de antelación, no obstante, y constatando que poco y nada le apetecía el ambiente palomitero-tumultuoso que allí se respiraba, decidió pasearse Gràcia a través camino del Lauren de la calle Bailén, donde le constaba que se proyectaba el mismo film. Pero he aquí que el mismo film que se proyectaba en el Lauren de la calle Bailén, en el Lauren de la calle Bailén era proyectado en versión catalana. Y, porque su purismo no conoce límite, desechó aquella elección primera y caminó hasta el Lauren de la calle Girona para probar suerte. En la esquina reconoció a su profesor de Ética de 2º de BUP, y porque el reconocimiento fue mutuo intercambió unas cordiales palabras con él. Por fin en el cine, el tercero ya de la velada, descubrió una película que era de su interés. Y descubrió también que dicha película había comenzado un minuto antes. Así que corrió a sacar su entrada, corrió hacia el interior de la sala, corrió a sentarse y fue a hacerlo sobre una butaca completamente desballestada. Pero sus caninos reflejos le permitieron obviar la humillación del revolcón por los suelos de la sala, y de un grácil salto fue a depositarse tres asientos a la izquierda, detrás de una pareja. Entonces por fin pudo relajarse y ver el film (profusamente comentado en el post anterior). Sin saber, claro está, que el miembro masculino de la pareja que delante tenía sentada era ni más ni menos que Julián Lesbiano, miembro de una de las mejores bandas de pop de este país, quien, toda vez finalizada la proyección, pese a hallarse acatarrado, desafiando la oscuridad aún reinante, reconoció y saludó a este ladrador crepuscular. Y queda claro que, con todo lo hasta aquí referido, José Luís Guerín (a todo ello profesor de cine de este mismo ladrador crepuscular en sus años como estudiante del CECC) podría rodar diecisiete títulos como En la ciudad de Sylvia.

"En la ciudad de Sylvia" (1)

...

(O, en las inmortales palabras de Mötley Crüe: Girls, girls, girls...)

"Old Joy"

Cuando hablar de nada lo es todo... Kurt invita a Mark a una noche de acampada. Conducen. Ponen gasolina. Conducen. Se pierden. Plantan la tienda junto a un vertedero. Disparan balines contra las latas de cerveza que acaban de vaciar frente al fuego. A la mañana siguiente, desayunan en un bar de carretera. Conducen. Aparcan el coche. Caminan bosque a través. Alcanzan su objetivo inicial: unas termas río arriba. Se bañan. Se visten. Caminan bosque a través. Conducen. Conducen. Conducen. Se despiden.

Kurt y Mark. Mark y Kurt. El instinto ladrador-crepuscular me dice que la posición de la 'k' en sus nombres no acaba de ser gratuita. Porque Mark (en pareja, a punto de estrenar paternidad, agobiado por el trabajo y la política de su país) ha dejado atrás a Kurt (solitario, desempleado, interesado únicamente en fumar un porro tras otro). Y los desencuentros, sutiles, clamorosos, se suceden. Kurt no tiene quien lo llame al móvil. Mark no consigue abstraerse. Kurt echa de menos a su amigo. Mark no entiende que haya algo que echar de menos. Kurt habla de nada, pero para él lo es todo. Mark lo escucha todo, pero como si nada. Hasta el instante de la breve, incómoda epifanía...

¡Más Nocilla, es la guerra!

Humor ladrador

Inflación y pobredumbre catódica

Anteayer, un paquete de tabaco. Ayer, entre 200 y 3.000 euros. A la que nos descuidemos, hoy un coche y, mañana, el infinito y más allá. Es lo que solicita por entrevista el tal Sergi Xavier, descerebrado agresor de menores extranjeras, tan retrasadito él que fue a cometer la machada delante de una cámara de seguridad. Y no menos taradas las cadenas de televisión y agencias de prensa que insisten en convertirlo en figura mediática, en recompensar así (y quizá no fomentar, más si minimizar) el delito por él cometido. Confluencia de pobredumbres que no vendría a resultar novedosa, pero que siempre se las arregla para sorprendernos.

Cesc and his Arsenal of Wonder Kids

Fueron siete, sí. Pero por encima de todo fueron espléndidos. Es por ello, lector crepuscular en tu variante más futbolera, que puedes y debes descargar las mejores jugadas de la paliza propinada anoche por el Arsenal al Slavia Praga más o menos aquí.

Life on Mars

Gene: I think you've forgotten who you're talking to.

Sam Tyler: An overweight, over-the-hill, nicotine-stained, borderline-alcoholic homophobe with a superiority complex and an unhealthy obsession with male bonding?
Gene: You make that sound like a bad thing.

"Death of a President" de Gabriel Range

El 19 de octubre de 2007, George W. Bush, 43º presidente de los Estados Unidos de América, cae abatido por los disparos de un francotirador a las puertas del Sheraton de Chicago. Tres son los sospechosos del magnicidio: uno de los 12.000 manifestantes que aquel día se habían congregado en la Ciudad del Viento; un veterano de Irak adicto a las drogas y un inmigrante sirio que podría haber visitado los campos de Al-Qaeda en Afganistán. Una huella dactilar (y la presión de la administración Cheney) condenan al tercero, pero el FBI acabará admitiendo que quizá los tiros fueran por otro lado.

Acusada tanto de alentar el asesinato de Bush como de humanizar en demasía al personaje, Death of a President ha suscitado otra polémica igualmente estéril por su uso de imágenes de archivo, metraje que debidamente descontextualizado y retocado contribuye a crear una ficción con demasiados visos de realidad. Espléndido en lo formal, el (falso) documental de Gabriel Range se apoya además en una serie de entrevistas interpretadas con gran emotividad, generadoras de un factor humano que camufla las puntuales caídas del guión en el abismo de la ingenuidad. Se visiona el film, así, como un muy correcto thriller político, digna réplica a las mentiras que suelen saludarnos desde los medios de comunicación.

(Esta reseña ha aparecido en el número de octubre de Go Mag)

Famous Last (but one) Words (130)

"Apparently, many people in rural areas have... moved to Ireland! This has depleted the social base for parties dependant on these folk's vote. You can guess which parties..." - Explicación de The Beatroot, excelente blog sobre la política y sociedad polacas, acerca del descalabro de la (ultra)derecha (Ley y Justicia pierde el poder, mientras que la Liga de las Familias Polacas y Autodefensa no llegan siquiera a entrar en el Parlamento) y la desde aquí celebrada victoria de la Plataforma Cívica en las elecciones de ayer.

El quejica, el bocazas y el que pasaba por allí

Aún a riesgo de exacerbar a aquellos lectores crepusculares no especialmente afectos a la esfera deportiva (rogándoles en cualquier caso un poco de paciencia), me permito unas breves consideraciones sobre el campeonato de Fórmula 1 concluido ayer tarde...

1) Durante toda la temporada, Fernando Alonso ha llorado más de lo que ha corrido. Puesto que Fernando Alonso ha corrido bastante y bien, difícilmente se puede adjudicar su derrota al volumen de quejas proferidas. Quizá tuviera razón, quizá no. Pero ambas posibilidades exigían del campeón algo más de aplomo. Schumacher será recordado por sus tropecientos títulos, pero también por la barriobajera suciedad con que respondió a ciertas situaciones límite. Alonso aún tiene tiempo de evitar que el estigma del llorica acompañe su fenomenal (hasta la fecha) hoja de servicios.

2) Durante toda la temporada, Lewis Hamilton se ha comportado como lo que es: un excelente piloto y un malcriado arrogante. La brutal facilidad con que se encaramó a la clasificación de pilotos es sólo comparable a la brutal sencillez de los errores (propios) que en las últimas dos semanas lo han descabalgado de la misma. Si hubiera hablado únicamente sobre la pista, hoy las hemerotecas no lo tendrían como candidato a bufón del año. ¿De veras preparó la última carrera jugando con su hermano a la Playstation? Pues que revisen el juego, porque por de pronto la primera curva está equivocada...

3) Durante toda la temporada, Kimi Raikkonen se ha limitado a cumplir con su trabajo. Sin levantar la voz ni el pie del acelerador. Y tampoco es que sea un regalo tener a Felipe Massa como compañero de escudería... Aplicado y correcto, el suyo es un título trabajado menos a partir de la genialidad que de la constancia. Y desde aquí se celebra tal triunfo de la cordura.

Verde pintaba y verde acabó siendo

Pero pero pero... En la final de los pateadores (todos los puntos llegaron a través de golpes de castigo: los 6 de Wilkinson para la rosa y, del lado Springbok, los 12 de Montgomery y los 3 de Steyn -notable su disparo a 49 metros de palos), un ensayo podría haber alterado la historia. E Inglaterra lo tuvo en su mano cuando corría el minuto 43, ya que tres centímetros escasos la separaron de conseguir el tanto y colocarse por delante en el marcador (el juez de televisión dictaminó, acertadamente por cierto, que la punta del dedo gordo del pie izquierdo de Cueto estaba fuera antes de que el balón tocara la hierba).



Señal en cualquier caso del coraje exhibido por una escuadra muy inferior a la sudafricana, que jamás tuvo demasiada idea de qué hacer en ataque pero que, tal y como dictan los cánones del deporte de la pelota ovalada, se dejó hasta la última gota de sangre en el empeño.

Ya están todos juntos...

Joey Bishop (1918-2007) ha sido la quinta rata en abandonar el barco...

DEP

Deborah Kerr (1921-2007).

Las 1001 muertes de Kenneth McCormick (4)

1) Cartman's Silly Hate Crime – Aplastado por una pared de ladrillos durante un descenso en trineo (nótese la preposición: si Kenny no va contra la pared, la pared irá contra Kenny).
2) Tooth Fairy Tats – Ahogado en el río por la Mafia.
3) Quintuplets – Acribillado por un policía cuando sale del armario rumano en que se escondía para no ser devuelto a Estados Unidos (es la versión trágica de Eliancito).
4) Timmy – Asesinado por Cartman, quien lo confunde con un monstruo cuadrúpedo con la cabeza de Christina Aguilera.
5) Pip – No aparece, ergo no fallece.
6) Cartman Joins NAMBLA – Atropellado por la ambulancia que se lleva a su padre después de que lo violen tres docenas de cuarentones.
7) Cherokee Hair Tampons – Aplastado por un piano.
8) Chef Goes Nanners – Explota al beber agua tras haber ingerido una fuente de antiácidos que tomó por caramelos de menta.
9) Something You Can Do With Your Finger – Aplastado por los ascensores de un centro commercial.
10) Do The Handicapped Go To Hell? – Atropellado por un autocar.
11) Probably – No muere (en realidad sobrevivió al episodio anterior), pero es abandonado a su suerte en México.
12) Fourth Grade – Arrastrado sobre el asfalto por un coche de policía cuando intentaba desactivar à la Speed una silla de ruedas atómica.
13) Trapper Keeper – Aplastado por la puerta de la habitación de Cartman.
14) Helen Keller – Aplastado por el foco con el que Cartman intentaba asesinar al pavo Gobbles.
15) Fat Camp – No muere, pero va a la cárcel por practicarle una felación a Howard Stern en vivo y en directo.
16) The Wacky Molestation – Sacrificado à la Los chicos del maíz.
17) A Very "Crappy" Christmas – Atropellado por un coche.

"Immagine in cornice" de Pearl Jam

Así como hay quien gusta de prenderse pinzas de la ropa en las tetillas, Pearl Jam tiene debilidad por el público italiano. Perversión ésta que, en un mercado tan sobresaturado como el de los directos de la banda de Seattle, acaba justificando el DVD que nos ocupa: marcos incomparables (el Duomo de Pistoia, la Arena de Verona…) y esa comunión con el público que aboca a Vedder y compañía a un desmelene ciertamente especial (tiempo ha que no veíamos al cantante trepando por el andamiaje de los laterales del escenario). Además, el fotógrafo (aquí realizador) Danny Clinch logra planos de lo más sugerente y entretiene los tiempos muertos con intimidades tirando a entrañables: McReady relata el origen de sus tatuajes, Ament se revela como skater de pro y el respetable acaba descubriendo cómo se determinan los bises de cada show. Documento de lujo, pues, esta semana italiana coronada con un extra que no le va a la zaga: Vedder interpretando junto a My Morning Jacket el A Quick One While He’s Away de The Who.

(Esta reseña ha aparecido en el número de octubre de Go Mag)

"The Good Night"

Ha dicho Stephen Holden en The New York Times a cuento de este film (y se entiende que de varios más): "Penélope Cruz, as ever, loses much mystique the moment she speaks English". Este ladrador crepuscular no aguardaría a que la actriz abriera la boca para negarle cualquier poder de seducción, pero ya dejó dicho un daltónico que para gustos los colores. Algo más allá, Jake Paltrow dirige su película con cuidado y notable devoción por... ¿Antonioni, Fellini, quizá el Allen 1977-1980 despojado de toda neurosis? Pero jamás logra que sus personajes abandonen una tediosa bidimensionalidad (cuando no resulta entrañable, Martin Freeman dormiría a las ovejas de una noche de insomnio, mientras que Simon Pegg apenas aporta gran cosa a su ya clásico rol de egoísta compulsivo mujeriego y no precisamente intelectual). Sumésele la incoherencia de las entrevistas que puntúan la trama (su único objetivo es lucir la presencia de Jarvis Cocker) y tendremos un título que se eleva tanto en lo cinematográfico como uno de sus intérpretes secundarios, el siempre enfurruñado Danny DeVito, en lo físico.

Wittier Than Wit

He aquí las diez respuestas más agudas de la cultura británica de todos los tiempos, según la típica encuesta llevada a cabo no se sabe bien por quién y se ignora lastimosamente dónde (este ladrador crepuscular, por cierto, le hubiera dado los primeros nueve puestos a Oscar Wilde; el décimo, con suerte, a George Best - viva los irlandeses, y tal...):

1) "Always forgive your enemies - nothing annoys them so much." - Oscar Wilde

2) "All I ask is the chance to prove that money can't make me happy." - Spike Milligan

3) "An original idea. That can't be too hard. The library must be full of them." - Stephen Fry

4) "Speed has never killed anyone. Suddenly becoming stationary - that's what gets you." - Jeremy Clarkson

5) "A politician needs the ability to foretell what is going to happen tomorrow, next week, next month and next year. And to have the ability afterwards to explain why it didn't happen." - Sir Winston Churchill

6) "On my first day in New York a man asked me if I knew where Central Park was. When I told him I didn't, he said: 'Do you mind if I mug you here?" - Paul Merton

7) "People are wrong when they say opera is not what it used to be. That is what's wrong with it." - Noel Coward

8) "Maids want nothing but husbands and when they have them, they want everything." - William Shakespeare

9) "I wouldn't say I was the best manager in the business, but I was in the top one." - Brian Clough

10) "Americans want grungy people, stabbing themselves in the head on stage. They get a bright bunch like us, with deodorant on. They don't get it." - Liam Gallagher

Famous Last (but one) Words (129)

Diálogo-vodevil mantenido hace escasos minutos, en los archivos de esta santa casa, entre el ladrador crepuscular y dos compañeros laborales, a vueltas con el notable, mucoso resfriado que atenaza al primero:

- L.R.: ¡Qué nariz! ¿Por qué no te pones cremita?
- Ladrador: Porque yo la cremita me la pongo en otras partes.
- S.R.: (asomando la cabeza tras una montaña de libros) Y así te va...

Un Mundial, dos actitudes

Inglaterra se intuía inferior a Francia. Caso de que tal percepción fuera a resultar correcta, la rosa optó por cerrarse y aguardar encapullada a que llegara su momento. Así, con Wilkinson como única espina, sangró la confianza de un gallo mucho más imaginativo; mucho menos consciente, por tanto, de cuanto debía hacer para alcanzar la gran final (su puntuación se limitó a tres patadas). A falta de seis minutos para la conclusión, Francia vencía 9-8. Cuatro minutos después, un golpe de castigo y un drop habían colocado el 9-14 definitivo. Inglaterra tenía un guión y, salvo por la pequeña salida de tono que representó el (fallido, lamentable) drop de Wilkinson con la pierna mala, supo regirse por él. Cualidad de no pocos equipos campeones, todo sea dicho.

Argentina, por su parte, se sabía inmensamente inferior a Sudáfrica. Ante tal obviedad, los Pumas lloraron rabiosamente su himno mientras afilaban las garras, dispuestos a buscar la yugular del rival desde el primer minuto. Sucede, no obstante, que el zarpazo indiscriminado puede dañar lo mismo al agresor que al agredido. Más que más cuando el segundo se protege tras una coraza como la que proporciona esa colección de bestias pardas que responde a los apellidos de du Randt, Smith, Burger… Es así que 20 de los 37 puntos cosechados por los Springboks llegaron tras flagrantes errores albicelestes: dos intercepciones en la 22 rival y otro par de golpes de castigo nacidos de la frustración y el atolondramiento. Así, Argentina abandonó el terreno de juego tal y como había entrado en él: desquiciada (Contepomi se ganó la amarilla por agredir a un rival con el balón detenido). Y Sudáfrica, sólida en lo colectivo y genial en lo individual (Montgomery es tan infalible en la patada como Habana imparable en la carrera) comenzó a relamerse. Le espera un encuentro más complicado, pero por las greñas de Chabal que esta Copa del Mundo pinta bastante verde.

El fútbol es una psicología

"Porque se juega como se vive. El que es atorrante afuera de la cancha va a ser atorrante dentro de la cancha, el que tiene miedo afuera también lo va a tener adentro. Esto no es póker, no es truco, acá no podés mentir, vos agarrás la pelota y ya se ve si sos mandado o vueltero o calentón."

De Un chino en bicicleta (La otra orilla) de Ariel Magnus.

Californication

Suele la pantalla (grande o pequeña, tanto da), mostrar al escritor con bloqueo creativo plantificado ante la hoja/pantalla en blanco, mordiéndose las uñas y clamando:
-Arrrrrgh, no se me ocurre nadaaaaaaaaaa...
El Hank Moody de esta serie, en cambio, folla. Folla. Folla. Y, cuando se cansa de follar, folla un poco más. Es así que, por lo menos en lo que a su episodio piloto se refiere, el porcentaje de pechos femeninos por minuto de emisión bate para Showtime cualquier récord que tuviera en su posesión HBO. Por lo demás, el siempre sosaina, siempre entrañable David Duchovny se hace acompañar de la siempre solvente Natasha McElhone y entre ambos se las arreglan para entretener durante media horita, que desde luego no es poco.

Paralelismos de madrugada (¡habemus sobrina!)

En más de una y más de dos ocasiones he escuchado, de boca de mi señor tío, el relato de la llamada transoceánica Barcelona-Buenos Aires que mi no menos señor padre realizó hace ahora 33 años, 3 meses y 12 días para anunciar el nacimiento de este ladrador crepuscular, episodio que fue curiosamente a fundirse y confundirse con la noticia del fallecimiento de cierto ex presidente argentino. Hoy, 33 años, 3 meses y 12 días más tarde, este ladrador crepuscular ha sido receptor de otro telefonazo transoceánico, Bermudas-Barcelona para el caso, con el objeto de comunicarle su ascenso a la categoría de señor tío. Al otro lado de la línea, un señor hermano elevado al rol de señor padre que se declaraba maravillado por la llegada al mundo de su pequeña Natasha Krmpotic' (pequeña en relación al resto de la familia a día de hoy, pues como bebé se ha ido a los 4.320 gramos y 51 centímetros). Buena, maravillosa nueva además por partida doble: tras consultar la edición cibernética de El País, no consta que cierto ex presidente argentino haya amagado con cambiar de barrio para responder a este paralelismo de aparición de nuevas generaciones en el clan comunicadas de un extremo del Atlántico al otro...

Lo que me une a Kapranos

De la página 39 de Sound Bites. Comerse el mundo de gira con Franz Ferdinand (451), de Alex Kapranos...

"Martin (*1) era un buen jefe de cocina, aunque un poco bruto. En uno de mis primeros turnos me corté un dedo, también por primera vez. Estaba usando el cuchillo de otro (*2) y no lo controlaba bien. La punta del dedo empezó a aletear, como un surtidor inútil de sangre. 'Te voy a parar eso', gruñó Martin, con los colmillos colgándole por encima del labio inferior, mientras me agarraba la mano. La metió en el tarro grande de sal que había en la zona de preparación e instantáneamente una sacudida me recorrió todo el brazo, como si me estuvieran electrocutando. Fue como si desde el dedo me atravesara una descarga de mil voltios. Lo retiré corriendo, los cristales congelándose alrededor de la herida como rubíes diminutos (*3). 'Ja, ja. ESE dedo no te lo vuelves a cortar en mucho tiempo', me dijo. Tenía razón. En lugar de ese, me corté los otros (*4)."

(*1) En el caso de este ladrador crepuscular, el escenario fue la cocina del Club de Tenis Gimeno de Castelldefels, y el Martin de turno mi propio padrastro.
(*2) No fue con un cuchillo que me rebané el pulgar, sino con la máquina para cortar el jamón en lonchas.
(*3) A diferencia de Kapranos, mi dedo pasó aún por otro tarro, el de la pimienta, a fin de que la herida coagulara con mayor presteza: éramos dos personas para atender a un par de docenas de clientes desesperados por meterse un bocadillo entre pecho y espalda.
(*4) Amén, hermano de apellido comenzado con K, amén...

philiproth philiproth philiproth...

¡¡¡Uuuyyyyyyyy!!! Le ha faltado ser mujer, ser inglesa y ser Doris Lessing... En fin, que felicidades a la nobelizada y nosotros a seguir con la letanía, por si los suecos tienen a bien repetir ganador anglosajón de aquí a 360 y pico días...

Famous Last (but one) Words (128)

"England are represented by proud men who will not yield an inch. Yet, in my heart of hearts I hope France beat them. Why? Because French rugby represents something else - something more important than ancestral loyalty. If you value rugby as a game that can be played with style and a sense of romance, the French have done more than anybody else to live up to that ideal." - Michael Henderson en el Daily Telegraph.

La autopista

"Eastern Promises" de David Cronenberg

Hay en esta Eastern Promises notablemente interpretada, dirigida con sobriedad y elegancia, una secuencia que ejemplifica como ninguna otra la inanidad de su guión, colección de topicazos (*1) de escasa profundidad dramática (*2) que en más de una ocasión recurre a la elipsis para maquillar sus peores debilidades (*3). Sucede que Nikolai (espléndido Viggo Mortensen: su presencia no sólo llena la pantalla sino que daría combustible a otras dos películas) se presenta semi-desnudo ante los cinco padrinos de la más temible mafia rusa de Londres para defender su ingreso en la organización. En un primer momento, el quinteto le interroga acerca de su pasado, legible en los muchos y variados tatuajes que le cubren la piel. Pero ello desemboca imperceptiblemente en la prueba de fuego iniciática, aquella por la cual el candidato debe demostrar su nivel de fidelidad y compromiso, así como de sumisión a los mandamases…
- Tu madrie esz una piutaaaaa… -le susurra uno de ellos como si le estuviera quemando con una plancha.
Y Nikolai, poniéndose en pie, da muestras de una sobrehumana capacidad de contención al responder impasible:
- Szí, lo esz…
Tras lo cual el espectador no puede más que llevarse las manos a la cabeza y preguntarse por qué Steve Knight insiste en negarle una y otra vez un diálogo mínimamente bien construido, que no acabe ahogándose en la más condescendiente de las ingenuidades. Caso de querer probar la resistencia al dolor del personaje, ¿habría recurrido a una secuencia de cosquillas en las plantas de los pies, pluma de ganso mediante? La promesa oriental, oh lector crepuscular, consistiría pues en enviar a Siberia al responsable de que este film haya de ser recordado única y exclusivamente por la atroz pelea de la sauna con los matones chechenos (*4).

Spoilers
(*1) ¿Un padrino que regenta un restaurante y que gusta de enunciar condenas a muerte mientras condimenta un pollo a la pepitoria? Vaya, eso sí que no lo habíamos visto…
(*2) Más allá de las escasas posibilidades del personaje de Naomi Watts y de la rendición que supone la lectura con voz en off del diario de la niña-prostituta, el clímax junto al río es a la tensión lo que Boris Yeltsin era al baile del twist.
(*3) La policía londinense olvida proteger al bebé que constituye la prueba de cargo contra el capo de la banda; acto seguido, ni un solo miembro de la maternidad repara en que un ruso enfundado en riguroso cuero negro y de expresión psicópata se lleva a la criatura en el interior de una bolsa de deporte...
(*4) Lo siento, el plano final ya salía en El Padrino…

Las 1001 muertes de Kenneth McCormick (3)

1) Rainforest, Schmainforest – No muere (es golpeado por un rayo pero revivido por el masaje cardíaco que le realiza su primera novia).
2) Spontaneous Combustion – Por combustión espontánea, claro.
3) The Succubus – Aplastado por un banco de la iglesia durante el ataque final del súcubo.
4) Jackovasaurus – Tras pasar por una taladradora, sale despedido y va a caer en una caja llena de clavos.
5) Tweek vs. Craig – Devorado por un oso que lo confunde con un ciervo (que se encuentre disfrazado de ciervo ayuda lo suyo).
6) Sexual Harassment Panda – Despedazado por un ventilador gigante.
7) Cat Orgy – No aparece.
8) Two Guys Naked in a Hot Tub – No aparece.
9) Jewbilee – Se perfora la frente intentando abrir la concha en que ha quedado atrapado el espíritu de Moisés.
10) Chinpokomon – Queda catatónico por culpa de un videojuego y acaba siendo devorado por las ratas.
11) Starvin Marvin in Space – Es congelado en carbonita como Han Solo en El imperio contraataca.
12) Korn's Groovy Pirate Ghost Mystery – Disfrazado de ED-209 (Robocop), es atacado por las naves rebeldes de la batalla del planeta Hoth en El imperio contraataca.
13) Hooked on Monkey Phonics – Apalizado por un mono.
14) The Red Badge of Gayness – Carbonizado por un miembro de la Guardia Nacional.
15) Mr. Hankey's Christmas Classics – Aplastado por un candelabro.
16) Are You There God? It's Me, Jesus. – Explota al no quitarse en varios días un tampón del ano.
17) Worldwide Recorder Concert – Es víctima de una defecación masiva y compulsiva.

"Happiness Ltd." de Hot Hot Heat

No es el abajo firmante amigo de enumerar cargos técnicos reseña sí y reseña también. Sucede en ocasiones, no obstante, que el saber popular acierta al advertir sobre los amigos con los que uno pueda andar o al recomendar sombras vegetales a las que arrimarse. Y, para el caso, una producción a cargo de Rob Cavallo (Green Day, My Chemical Romance, Kid Rock…) y unas mezclas encomendadas a Chris Lord-Alge y Tim Palmer (Pearl Jam, U2, etc.) resultan de lo más reveladoras. Es así que el tercer álbum de los canadienses marca un fin de trayecto entre la humilde New-New Wave que les dio a conocer y la ampulosidad del pop-rock de gran estadio al que comenzaron a aspirar en un álbum previo que no en vano se presentó bajo el dinámico y vertical título de Elevator. Entretenido, (quizá por) grandilocuente, este Happiness Ltd. tiene un único problema: da que pensar que su pieza más lograda, 5 Times Out of 100, proceda de Knock Knock Knock, EP primordial de Hot Hot Heat que vio la luz en el lejano e inocente 2002.

(Esta reseña ha aparecido en el número de octubre de Go Mag)

Antes. Durante. Después.

Cara de Nobel

Se falla el próximo jueves, a la una en punto de la tarde, el Premio Nobel de Literatura 2007. Este ladrador crepuscular lleva ya dos semanas murmurando por lo bajo la letanía de rigor ("philiproth philiproth philiproth philiproth philiproth..."), al punto de que parece habérsela contagiado a no pocos amigos de la apuesta. Y es que, a día de hoy, estos son los favoritos según la casa Ladbrokes:

1) Philip Roth (5/1).
2) Claudio Magris (6/1).
3) Les Murray (6/1).
4) Thomas Transtromer (7/1).
5) Haruki Murakami (8/1).

Dubrovnik Skies

Francia 20 - Nueva Zelanda 18

Fiel a la tradición, el mejor equipo de rugby del mundo no será campeón del mundo de rugby. Al respecto, tan sólo dos consideraciones:

1) Caso de haber jugado todo el partido como durante su segunda parte (cuando remontaron un 3-13), Francia habría vencido de calle, no habría visto deslucida su gesta a causa del punto dos.
2) El ensayo de la victoria gala vino precedido de un más que posible avant, error arbitral que, por cierto, fue aceptado sin rechistar por los All Blacks.

"The Last Kiss"

Un último beso debe siempre mezclar dulzor y amargura. Pero Paul Haggis, guionista, volcó todas las reservas de lo segundo en Million Dolar Baby. Y Tony Goldwyn, director, quizá necesitado aún de que se le perdone por haber sido el malo malísimo de Ghost, lo apuesta todo a la carta de la buena voluntad. Es así que este retrato generacional melodramático (la crisis de la pareja principal se ve sobrevolada por el Warning Sign de Coldplay, con su un tanto evidente estribillo de "the truth is I miss you so") presenta una primera media hora inocuamente sincera, pero no hace más que deshilacharse durante los siguientes setenta minutos. Naufragio condescendiente del que sólo se salvan los/las personajes/interpretaciones de Casey Affleck (este ladrador crepuscular iba a señalarlo como el mejor actor de la familia, pero lo dejará simplemente en EL actor de la familia) y Rachel "The O.C." Bilson. Lo demás es un desear que Zach Braff y Jacinda Barrett, en exceso gritones (quizá por fidelidad al film original, se entiende que italiano, de Gabriele Muccino), hagan las paces de una vez, se encierren en su casita suburbial y dejen de lanzar obviedades de nula profundidad acerca del compromiso, la tentación, el miedo y la traición. El último beso que merece esta película, mucho nos tememos, es el que Michael le daba a Fredo al final de El Padrino II...

"Easy Tiger" de Ryan Adams

Ryan Adams, como el cabeza-Halloween de pro que es, dice debatirse constantemente entre el susto y la golosina. Ninguna novedad para quien en el pasado haya padecido alguno de sus conciertos interrupti o entrevistas canceladas ad infinitum. Sucede no obstante que, según él mismo revelara a The New York Times no mucho ha, lo empanado de sus procesos cerebrales es a día de hoy una circunstancia de lo más natural, en absoluto regada por el alcohol o abonada con las más truculentas sustancias psicotrópicas. Ryan Adams ha visto la luz: “es un milagro que siga vivo”. Y a la vera de esa lámpara se ha quedado, jugando al backgammon con sus fantasmas en un apartamento del Greenwich Village neoyorquino bajo la atenta mirada de su actual pareja, la modelo Jessica Joffe. Estado de la cuestión que explica tanto su prolongado silencio discográfico (año y medio tras la triple andanada de 2005) como lo templado y ordenadito de este (por otro lado notable) Easy Tiger.

Un Easy Tiger que el amigo no quería emprender hasta hallarse limpio y sobrio, para el que solicitó el perdón (primero) y la colaboración (después) de su ex manager John Silva, por el que discurren los grandes pequeños tics y las pequeñas grandes genialidades marca de la casa (indisolubles los unos de las otras, por cierto). Escúchense, sin ir más lejos, los siguientes (significativos) cortes… Goodnight Rose, pieza de rock americano que vuelve a invocar el espíritu de Jerry Garcia pero tampoco hace ascos a The Band. Everybody Knows, medio tiempo que comienza devolviéndonos a los tiempos iniciales de Heartbreaker y sube aún un par de enteros gracias a la prestancia de los Cardinals. Halloweenhead, con sus seis cuerdas humeantes à la Rock n’Roll y el ya legendario verso “Guitar solo!”. Tears of Gold, composición que de nuevo podría haber brotado de nuestro bar de carretera favorito en las inmediaciones de Nashville. E (inevitablemente) Two, balada de sutil belleza a la que Sheryl Crow presta una no menos hermosa segunda voz.

Sustos y golosinas... Que Stephen King se haya encargado del texto promocional del álbum no implica que vayamos a encontrar antes lo primero que lo segundo: cuando uno enciende la luz resulta más sencillo dar con el pedal de freno. Hace algunos meses se encontraba Ryan Adams en la puerta de su apartamento del Greenwich Village neoyorquino. Quería salir a cenar algo y se encontró con la siguiente respuesta por parte de una (para nada hambrienta) Jessica Joffe: “Tranquilo, tigre”. Y el tigre dejó de dar vueltas; fue a sentarse frente a la mesa de la cocina y, mientras devoraba unas crackers, escribió dos o tres canciones. A este Easy Tiger le seguirá en breve un EP de siete temas (dos de ellos nuevos, el resto reversiones de material antiguo y ya editado) y, quizá a finales de año, una caja de inéditos, directos y caras B. Señal de que Ryan Adams ha decidido por fin limpiar su habitación. Y, si eso es señal de madurez, por todos los santos que le sienta la mar de bien.

(Esta reseña ha aparecido en el número de octubre de Go Mag)

Split Miss Sixty

Famous Last (but one) Words (127)

"I am now a heavenly body." - George Takei, el Sulu de Star Trek y el progenitor de Hiro Nakamura en Heroes, tras enterarse de que un asteroide en órbita entre Marte y Júpiter ha sido bautizado con su nombre.


George, you're (almost) a star...

Sputnik en las alturas

(Hoy hace 50 años.)

Falling In Love Is Hard On The Knees (21)

Tiene este clip sus siete meses largos. Pero sucede que R.S., compañero laboral del ladrador crepuscular y fan como él de las camisetas cinéfalas de la gracienca tienda Cinemascope, fue a descubrirlo ayer. Y que lo pinchó en repetidas ocasiones. Y que, llevado por el flashback del memorable concierto benicense de Bright Eyes, servidor se ha pasado las últimas veinticuatro horas tarareando Four Winds a los cuatro vientos. Así que a amplificar tocan, amigos...

Hvar City

Las 1001 muertes de Kenneth McCormick (2)

1. Not without my anus – No muere (se trata de un capítulo íntegramente dedicado a Terrance & Philip)
2. Cartman's mom is still a dirty slut – Electrocutado cuando intenta devolver la corriente eléctrica a un hospital.
3. Chicken lover – Aplastado por un abeto.
4. Ike's wee wee – Tras caer en una fosa abierta, la lápida se precipita sobre él.
5. Conjoined fetus lady – Golpeado por una pelota de dodgeball.
6. The Mexican Staring Frog of Sourthern Sri Lunka – Despedazado por los espectadores del talk show de Jesucristo.
7. City on the edge forever – Devorado por un monstruo y (en uno de los flashbacks) atropellado por una moto.
8. Summer sucks – Aplastado por el desplome de las gradas de las celebraciones del 4 de julio.
9. Chef's salty chocolate balls – Arrollado por los espectadores que abandonan una sala de cine.
10. Chickenpox – De varicela.
11. Roger Ebert should lay off the fatty foods – Le estalla la cabeza durante la visita a un planetario adulterado con diabólicas intenciones.
12. Clubhouses – Machacado por varios adolescentes que se lanzan a hacer pogo.
13. Cow Days – Ensartado por las astas de un toro.
14. Chef Aid – Ozzy Osbourne le arranca la cabeza de un mordisco durante el concierto.
15. Spooky fish – Ahogado por un pez asesino procedente de otra dimension.
16. Merry Christmas Charlie Manson – Tiroteado frente a la casa en la que se esconde Manson.
17. Gnomes – Aplastado por una vagoneta en el mundo de los gnomos roba-calzoncillos.
18. Prehistoric Ice Man – Atrapado por una cinta deslizante.

Hajduk Split

Famous Last (but one) Words (126)

"I don't know what the story was. I just play guitar." - Neal Casal, (en efecto) guitarra de los Cardinals, minutos después de que Ryan Adams abandonara el State Theatre de Minneapolis a medio concierto, descontento con el sonido de la sala.

El grito