Para ulular lastimeramente:
Que todos hemos visto ya Sin City y The Dark Knight. Que remita tanto a la estética de Sin City en particular y a la relación de Batman con Gotham en general. La escandalosa falta de carisma de Gabriel Macht. Su escasísimo ritmo, sentado en una serie de diálogos tan obvios como interminables y una nula progresión dramática. Lo fallido de los gags protagonizados por los apandaclones. Por encima de todo, que tamaño ejercicio de espíritu carezca de la más elemental alma.
Para aullar efusivamente:
Samuel L. Jackson, especialmente en la escena nazi. Y algunos planos con la fuerza y el pulso que eran de esperar en Frank Miller.
El consejo crepuscular:
Si, pese a los comentarios previos, insiste en visionarla, hágalo armado con un antifaz que esconda su identidad al abandonar la sala de cine, no vaya a tener que dar explicaciones a algún conocido sobre lo mal que dispone de su tiempo libre.
Que todos hemos visto ya Sin City y The Dark Knight. Que remita tanto a la estética de Sin City en particular y a la relación de Batman con Gotham en general. La escandalosa falta de carisma de Gabriel Macht. Su escasísimo ritmo, sentado en una serie de diálogos tan obvios como interminables y una nula progresión dramática. Lo fallido de los gags protagonizados por los apandaclones. Por encima de todo, que tamaño ejercicio de espíritu carezca de la más elemental alma.
Para aullar efusivamente:
Samuel L. Jackson, especialmente en la escena nazi. Y algunos planos con la fuerza y el pulso que eran de esperar en Frank Miller.
El consejo crepuscular:
Si, pese a los comentarios previos, insiste en visionarla, hágalo armado con un antifaz que esconda su identidad al abandonar la sala de cine, no vaya a tener que dar explicaciones a algún conocido sobre lo mal que dispone de su tiempo libre.