Los del programa Página 2 en su emisión de ayer...
lunes, noviembre 30, 2009
domingo, noviembre 29, 2009
sábado, noviembre 28, 2009
viernes, noviembre 27, 2009
jueves, noviembre 26, 2009
Los libros de los 00
The Daily Telegraph y The Times se han lanzado a enumerar los cien libros que han definido esta pasada década, los llamados años "noughties". He aquí los diez primeros títulos de sus respectivas listas:
1) Harry Potter and the Deathly Hallows de J.K. Rowling
2) Dreams From My Father de Barack Obama
3) The Da Vinci Code de Dan Brown
4) A Heartbreaking Work of Staggering Genius de Dave Eggers
5) The God Delusion de Richard Dawkins
6) Being Jordan de Katie Price
7) Los detectives salvajes de Roberto Bolaño
8) White Teeth de Zadie Smith
9) Atonement de Ian McEwan
10) The Girl With the Dragon Tattoo de Stieg Larsson
1) The Road de Cormac McCarthy
2) Persepolis de Marjane Satrapi
3) Dreams From My Father de Barack Obama
4) Masterworks of the Classical Haida Mythtellers en traducción de Robert Bringhurst
5) Suite française de Irène Némirovsky
6) The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference de Malcolm Gladwell
7) Life of Pi de Yann Martel
8) Payback de Margaret Atwood
9) Atonement de Ian McEwan
10) The Da Vinci Code de Dan Brown
(De la confluencia entre una y otra se desprende, pues, que los últimos diez años son literariamente explicables a través de, por este orden, Barack Obama, Dan Brown e Ian McEwan...)
1) Harry Potter and the Deathly Hallows de J.K. Rowling
2) Dreams From My Father de Barack Obama
3) The Da Vinci Code de Dan Brown
4) A Heartbreaking Work of Staggering Genius de Dave Eggers
5) The God Delusion de Richard Dawkins
6) Being Jordan de Katie Price
7) Los detectives salvajes de Roberto Bolaño
8) White Teeth de Zadie Smith
9) Atonement de Ian McEwan
10) The Girl With the Dragon Tattoo de Stieg Larsson
1) The Road de Cormac McCarthy
2) Persepolis de Marjane Satrapi
3) Dreams From My Father de Barack Obama
4) Masterworks of the Classical Haida Mythtellers en traducción de Robert Bringhurst
5) Suite française de Irène Némirovsky
6) The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference de Malcolm Gladwell
7) Life of Pi de Yann Martel
8) Payback de Margaret Atwood
9) Atonement de Ian McEwan
10) The Da Vinci Code de Dan Brown
(De la confluencia entre una y otra se desprende, pues, que los últimos diez años son literariamente explicables a través de, por este orden, Barack Obama, Dan Brown e Ian McEwan...)
miércoles, noviembre 25, 2009
And the word of the year 2009 is...
martes, noviembre 24, 2009
"Fama" de Daniel Kehlmann
Hay meses en que cuesta Dios y ayuda dar con un libro de crítica (entiéndanme: libros hay para construir una nueva Gran Muralla, pero la primera opción ya va como entrevista y la segunda la ha solicitado un colaborador y la tercera se acaba de retrasar y la cuarta tiene ochocientas páginas que no se leerán de aquí al viernes, etc.). Este número que acabamos de cerrar, por el contrario, me obligó a decidir entre tres títulos idénticamente interesantes y correctos. El ganador -les ahorro el suspense- fue Una novela natural de Gueorgui Gospodínov (en Saymon), y a su quiosco habitual durante los primeros días de diciembre les remito si quieren saber el porqué de tal elección. Toca hablar, desde aquí, de los que llegaron media cabeza tarde a la línea de llegada. Uno de ellos lo comentamos precisamente ayer, La región inmóvil de Tom Drury (451). Y el que hoy nos ocupa fue Fama de Daniel Kehlmann (Anagrama).
Comencemos (o prosigamos) diciendo que Kehlmann es un joven prodigio alemán (nació en 1975) que en nuestro país viene gozando de una curiosa carrera editorial, con tres sellos dispares para sus tres obras publicadas. A falta de que alguien decida recuperar sus cuatro trabajos iniciales, lo primero que supimos de él fue Yo y Kaminski (Acantilado), una entretenida sátira sobre el arribismo artístico protagonizada por un biógrafo que se mostrará capaz de todo con tal de conseguir la materia prima para su trabajo sobre un célebre pintor. Aunque inteligente y simpática, Yo y Kaminski difícilmente hacía presagiar el éxito y las maneras históricas de La medición del mundo (Maeva), jugosísimo relato sobre el desencuentro entre el naturalista Humboldt y el matemático Gauss que vendió millón y medio de copias sólo en Alemania. Convertido en una estrella de ese firmamento literario que preside el sol Goethe, pues, queda claro que Kehlmann tuvo que lidiar con uno de los más molestos fenómenos de la vida contemporánea.
Fama (Anagrama) es el resultado: un retrato descarnado, a través de nueve relatos empapados en bilis e ironía, de ciertos satélites que orbitan en torno al mundo del arte pero que nada tienen que ver con el arte (y, en ese sentido, remite claramente a Yo y Kaminski). La pieza en que un freak cibernético acosa hasta la extenuación a un autor de éxito a fin de impresionarlo y acabar protagonizando una de sus obras resulta particularmente ejemplificadora. Pero también están ahí las típicas giras de conferencias (si hoy es martes esto es el Instituto Alemán de Tegucigalpa), los famosos “pesebres” (aterradora resulta la historia de la autora de novela negra que acepta ir a conocer en persona las “bondades” de una de las repúblicas asiáticas de la antigua Unión Soviética), las presiones para que el creador se mantenga a la altura de su corpus (por más que ese creador sea primo hermano de Paulo Coelho y se desconfíe de su sinceridad literaria)… Fama es una pataleta en toda regla, no dudamos que justificada, notablemente construida y narrada, pero que alcanza sus cotas más altas cuando Kehlmann deja en segundo plano la catarsis y se dedica a indagar en temas como la dicotomía identidad/simulacro (el actor que se convierte en imitador de sí mismo) o la metaliteratura (el personaje que ruega a su autor que no acabe con su vida).
(Esta reseña apareció en el blog de Qué Leer la semana pasada)
Comencemos (o prosigamos) diciendo que Kehlmann es un joven prodigio alemán (nació en 1975) que en nuestro país viene gozando de una curiosa carrera editorial, con tres sellos dispares para sus tres obras publicadas. A falta de que alguien decida recuperar sus cuatro trabajos iniciales, lo primero que supimos de él fue Yo y Kaminski (Acantilado), una entretenida sátira sobre el arribismo artístico protagonizada por un biógrafo que se mostrará capaz de todo con tal de conseguir la materia prima para su trabajo sobre un célebre pintor. Aunque inteligente y simpática, Yo y Kaminski difícilmente hacía presagiar el éxito y las maneras históricas de La medición del mundo (Maeva), jugosísimo relato sobre el desencuentro entre el naturalista Humboldt y el matemático Gauss que vendió millón y medio de copias sólo en Alemania. Convertido en una estrella de ese firmamento literario que preside el sol Goethe, pues, queda claro que Kehlmann tuvo que lidiar con uno de los más molestos fenómenos de la vida contemporánea.
Fama (Anagrama) es el resultado: un retrato descarnado, a través de nueve relatos empapados en bilis e ironía, de ciertos satélites que orbitan en torno al mundo del arte pero que nada tienen que ver con el arte (y, en ese sentido, remite claramente a Yo y Kaminski). La pieza en que un freak cibernético acosa hasta la extenuación a un autor de éxito a fin de impresionarlo y acabar protagonizando una de sus obras resulta particularmente ejemplificadora. Pero también están ahí las típicas giras de conferencias (si hoy es martes esto es el Instituto Alemán de Tegucigalpa), los famosos “pesebres” (aterradora resulta la historia de la autora de novela negra que acepta ir a conocer en persona las “bondades” de una de las repúblicas asiáticas de la antigua Unión Soviética), las presiones para que el creador se mantenga a la altura de su corpus (por más que ese creador sea primo hermano de Paulo Coelho y se desconfíe de su sinceridad literaria)… Fama es una pataleta en toda regla, no dudamos que justificada, notablemente construida y narrada, pero que alcanza sus cotas más altas cuando Kehlmann deja en segundo plano la catarsis y se dedica a indagar en temas como la dicotomía identidad/simulacro (el actor que se convierte en imitador de sí mismo) o la metaliteratura (el personaje que ruega a su autor que no acabe con su vida).
(Esta reseña apareció en el blog de Qué Leer la semana pasada)
lunes, noviembre 23, 2009
domingo, noviembre 22, 2009
sábado, noviembre 21, 2009
viernes, noviembre 20, 2009
Famous Last (but one) Words (183)
"I watched that program (Monday) night just to see if that was what it was about. He dragged that kid out of the car. I'm sure that's where he got his injury. I've never watched that show before. I can't believe people watch that stuff. I told him to keep his night job, what the heck." - Phil Jackson, entrenador de Los Angeles Lakers, comentando la aparición de Pau Gasol en CSI: Miami...
Las mujeres o la historia, nunca ambas...
"En todos los pequeños estados del antiguo Imperio Austrohúngaro hay una plaza así delante de la Catedral. En la otra punta, por supuesto, han abierto un McDonald's. La plaza y la terraza están llenas de jóvenes. Hembras hermosas, muchachas en flor, niñas con patines. Eres perfectamente consciente de que no tendrás una historia con ninguna de las mujeres de las mesas de alrededor. Pero parece que a ti, a fin de cuentas, es precisamente la historia que te atrae. Porque eres un chiflado que se cree autor y que en todas las mujeres interesantes ve sólo la posibilidad de la ficción. Por eso te quedas solo esta noche y el personal de servicio será lo único personal que te va a pasar."
De Una novela natural (Saymon, 2009), de Gueorgui Gospodínov
De Una novela natural (Saymon, 2009), de Gueorgui Gospodínov
jueves, noviembre 19, 2009
"The House of the Devil" de Ti West
Para ulular lastimeramente:
Que sus veinte minutos finales, confusos y acelerados y gratuitamente sangrientos, sacrifiquen tan lamentablemente la tensión construida durante la hora precedente.
Para aullar efusivamente:
Su tono y factura de finales de los años 70/principios de los 80, peinados y walkman incluidos. Su primera hora, ominosa y desasosegante pese a lo muy poquito que en ella acontece. La escalofriante voz de Tom Noonan. Y, en general, el sabio uso del encuadre, la fotografía y los efectos de sonido para crear incomodidad en el espectador.
El juicio crepuscular:
La mejor película de terror del año (según /Film) no es tal. Sí se trata, en cualquier caso, de un muy decente homenaje a ciertas producciones tan setenteras como de bajo presupuesto. Ganará si es visionada en una sala de cine; en casa, los fans de Scream quizá tengan problemas con su ritmo y sutileza. De un modo u otro, eso sí, es probable que acabe con la vocación de toda una generación de babysitters.
Que sus veinte minutos finales, confusos y acelerados y gratuitamente sangrientos, sacrifiquen tan lamentablemente la tensión construida durante la hora precedente.
Para aullar efusivamente:
Su tono y factura de finales de los años 70/principios de los 80, peinados y walkman incluidos. Su primera hora, ominosa y desasosegante pese a lo muy poquito que en ella acontece. La escalofriante voz de Tom Noonan. Y, en general, el sabio uso del encuadre, la fotografía y los efectos de sonido para crear incomodidad en el espectador.
El juicio crepuscular:
La mejor película de terror del año (según /Film) no es tal. Sí se trata, en cualquier caso, de un muy decente homenaje a ciertas producciones tan setenteras como de bajo presupuesto. Ganará si es visionada en una sala de cine; en casa, los fans de Scream quizá tengan problemas con su ritmo y sutileza. De un modo u otro, eso sí, es probable que acabe con la vocación de toda una generación de babysitters.
miércoles, noviembre 18, 2009
"La región inmóvil" de Tom Drury
Es posible que los hermanos Coen hayan tenido aún más influencia de la que les venimos suponiendo. También, que uno de los rasgos característicos de su obra, la apatía vital rayana en la estulticia de gran parte de sus personajes, sea propia en realidad de ese Medio Oeste en el que han ambientado tantas de sus obras. De un modo u otro, tal y como nos sucedía hace algunos meses al comentar La oreja de Murdock de Castle Freeman Jr., los responsables de El gran Lebowski aparecen como un referente innegociable a la hora de presentar nuestro último pequeño gran descubrimiento norteamericano.
Se trata de un lanzamiento de 451 Editores, La región inmóvil, y lo firma un nativo de Iowa de 53 años que responde al nombre de Tom Drury. Toda vez resumida la biografía de la solapa, adentrémonos un poco en los escenarios propuestos por la novela. Pierre Hunter, su protagonista, está peleado con la vida. Pero no mucho, lo estrictamente necesario para ahogar su malestar en alcohol y no lo suficiente como para hacer algo al respecto. Cuando su novia de instituto lo abandona, Pierre se sube a su descapotable y se va a beber un par de cervezas junto a una fábrica abandonada. Cuando sus padres fallecen en el plazo de tres semanas, renuncia a la herencia y se encierra en un piso cuyo alquiler paga trabajando en el Jack of Diamonds, uno de los bares-restaurante más populares de la zona. La zona, claro está, es The Driftless Area, la región inmóvil del título, una geografía bastante rural y aún más desconocida en el corazón de Estados Unidos que, contra todo pronóstico, esconde insólitas sorpresas. Una de ellas responde al nombre de Tim Geer, un anciano con la capacidad de ver mucho más allá que el común de los mortales. Y otra luce los bellos rasgos de Stella Rosmarin, que tras sobrevivir milagrosamente a la caída desde lo alto de una escalera ve pasar la vida desde su cabaña en espera del día en que Pierre sufra un accidente patinando sobre el hielo del lago…
Momento en que debemos aclarar que, junto a los dichosos Coen, cierto crítico del Los Angeles Times adjudicó a La región inmóvil, con notable acierto, un segundo referente fraternal, el de los hermanos Grimm. Y es precisamente ese latente tono sobrenatural el que presta una profundidad extra, una maravillosa extrañeza, a una obra de por sí la mar de entretenida. Un aplauso desde aquí, pues, a 451 por su sutil gusto para el fantástico, ya extranjero ya patrio (¿recuerdan el Rojo alma, negro sombra de Ismael Martínez Biurrun?).
(Esta entrada fue publicada hace dos días en el blog de Qué Leer)
Se trata de un lanzamiento de 451 Editores, La región inmóvil, y lo firma un nativo de Iowa de 53 años que responde al nombre de Tom Drury. Toda vez resumida la biografía de la solapa, adentrémonos un poco en los escenarios propuestos por la novela. Pierre Hunter, su protagonista, está peleado con la vida. Pero no mucho, lo estrictamente necesario para ahogar su malestar en alcohol y no lo suficiente como para hacer algo al respecto. Cuando su novia de instituto lo abandona, Pierre se sube a su descapotable y se va a beber un par de cervezas junto a una fábrica abandonada. Cuando sus padres fallecen en el plazo de tres semanas, renuncia a la herencia y se encierra en un piso cuyo alquiler paga trabajando en el Jack of Diamonds, uno de los bares-restaurante más populares de la zona. La zona, claro está, es The Driftless Area, la región inmóvil del título, una geografía bastante rural y aún más desconocida en el corazón de Estados Unidos que, contra todo pronóstico, esconde insólitas sorpresas. Una de ellas responde al nombre de Tim Geer, un anciano con la capacidad de ver mucho más allá que el común de los mortales. Y otra luce los bellos rasgos de Stella Rosmarin, que tras sobrevivir milagrosamente a la caída desde lo alto de una escalera ve pasar la vida desde su cabaña en espera del día en que Pierre sufra un accidente patinando sobre el hielo del lago…
Momento en que debemos aclarar que, junto a los dichosos Coen, cierto crítico del Los Angeles Times adjudicó a La región inmóvil, con notable acierto, un segundo referente fraternal, el de los hermanos Grimm. Y es precisamente ese latente tono sobrenatural el que presta una profundidad extra, una maravillosa extrañeza, a una obra de por sí la mar de entretenida. Un aplauso desde aquí, pues, a 451 por su sutil gusto para el fantástico, ya extranjero ya patrio (¿recuerdan el Rojo alma, negro sombra de Ismael Martínez Biurrun?).
(Esta entrada fue publicada hace dos días en el blog de Qué Leer)
martes, noviembre 17, 2009
"¡Let Freedom Ring!" de Chuck Prophet
Resulta tan notable y estimable este álbum de rock clásico e intemporal, tan delicioso en sus guitarras slide y arreglos de cuerda, tan accesible a la par que lleno de matices, tan inteligentemente producido y variado, tan todo ello y tantas cosas más que uno casi lamenta las diversas historias que rodearon su concepción, anécdotas que el amigo Prophet, ex Green on Red en el currículo y hermano menor de Tom Petty en el espíritu, planeó y sufrió a medias, y que ahora esgrime insistentemente como si la fiesta musical estuviera necesitada de un prólogo de fuegos artificiales. Que si grabado en México D.F. (influencia que sólo se trasluce en un verso de la canción que presta título al disco), que si acoso policial, que si gripe porcina y mascarillas, que si terremoto de 6.4 en la escala Richter, que si “álbum político para oyentes apolíticos”… Mero envoltorio brillante para un trabajo ante el que el mismísimo Dylan bien podría, entusiasmado, enarcar su diabólica ceja izquierda.
(Esta reseña ha aparecido en el número de noviembre de Go Mag)
(Esta reseña ha aparecido en el número de noviembre de Go Mag)
lunes, noviembre 16, 2009
domingo, noviembre 15, 2009
sábado, noviembre 14, 2009
viernes, noviembre 13, 2009
jueves, noviembre 12, 2009
Música de celuloide
Entertainment Weekly ha elaborado otra de sus listas, ésta con las veinticinco mejores bandas sonoras de los últimos veinticinco años... Y servidor aplaude con sus caninas orejas ante los números 16, 13, 11, 7 y 3:
25) Buena Vista Social Club (1997)
24) Grace of My Heart (1996)
23) Almost Famous (2000)
22) Magnolia (1999)
21) Juno (2008)
20) The Moderns (1988)
19) Repo Man (1984)
18) Pretty in Pink (1986)
17) Velvet Goldmine (1998)
16) Hedwig and the Angry Inch (2001)
15) Good Will Hunting (1997)
14) Waiting to Exhale (1995)
13) Singles (1992)
12) Trainspotting (1996)
11) Footloose (1984)
10) Ghost Dog (1999)
9) Judgment Night (1993)
8) South Park: Bigger, Longer and Uncut (1999)
7) O Brother, Where Art Thou (2000)
6) This is Spinal Tap (1984)
5) Reservoir Dogs (1992)
4) Do the Right Thing (1989)
3) Once (2007)
2) Rushmore (1998)
1) Purple Rain (1984)
25) Buena Vista Social Club (1997)
24) Grace of My Heart (1996)
23) Almost Famous (2000)
22) Magnolia (1999)
21) Juno (2008)
20) The Moderns (1988)
19) Repo Man (1984)
18) Pretty in Pink (1986)
17) Velvet Goldmine (1998)
16) Hedwig and the Angry Inch (2001)
15) Good Will Hunting (1997)
14) Waiting to Exhale (1995)
13) Singles (1992)
12) Trainspotting (1996)
11) Footloose (1984)
10) Ghost Dog (1999)
9) Judgment Night (1993)
8) South Park: Bigger, Longer and Uncut (1999)
7) O Brother, Where Art Thou (2000)
6) This is Spinal Tap (1984)
5) Reservoir Dogs (1992)
4) Do the Right Thing (1989)
3) Once (2007)
2) Rushmore (1998)
1) Purple Rain (1984)
miércoles, noviembre 11, 2009
"Zombieland" de Ruben Fleischer
Para ulular lastimeramente:
Que resulte tan intrascendente cuando dos de sus secuencias se revelan capaces de emocionarnos (eso sí, a partir de sendos golpes bajos): con ochenta y pocos minutos de metraje, bien se podrían haber dedicado otros diez a dar mayor "vida" a los personajes. Que Abigail Breslin quede tan desaprovechada. Que la parte de la estrella de cine sea la más prometedora y la menos divertida. Y que ya la hayamos visto tantas veces anteriormente, claro.
Para aullar efusivamente:
Sus títulos de crédito en particular y todos sus usos de la cámara lenta en general. Su narración à la John Hughes. Un Woody Harrelson clavado. Y su clímax de videojuego en el parque de atracciones.
El juicio crepuscular:
Aunque no se trate del Dawn of the Dead de Zack Snyder, tampoco muestra el electroencefalograma plano de los últimos títulos de Romero. Adolescentes de espíritu, acudan a verla cual turbamulta de muertos vivientes al olor de sesos frescos. Absténgase el resto de la humanidad, en cambio, a menos que la tarde se presente muy pero que muy muerta.
Que resulte tan intrascendente cuando dos de sus secuencias se revelan capaces de emocionarnos (eso sí, a partir de sendos golpes bajos): con ochenta y pocos minutos de metraje, bien se podrían haber dedicado otros diez a dar mayor "vida" a los personajes. Que Abigail Breslin quede tan desaprovechada. Que la parte de la estrella de cine sea la más prometedora y la menos divertida. Y que ya la hayamos visto tantas veces anteriormente, claro.
Para aullar efusivamente:
Sus títulos de crédito en particular y todos sus usos de la cámara lenta en general. Su narración à la John Hughes. Un Woody Harrelson clavado. Y su clímax de videojuego en el parque de atracciones.
El juicio crepuscular:
Aunque no se trate del Dawn of the Dead de Zack Snyder, tampoco muestra el electroencefalograma plano de los últimos títulos de Romero. Adolescentes de espíritu, acudan a verla cual turbamulta de muertos vivientes al olor de sesos frescos. Absténgase el resto de la humanidad, en cambio, a menos que la tarde se presente muy pero que muy muerta.
martes, noviembre 10, 2009
El pequeño voyeur de la Gran Manzana
Vista personalizada de Times Square como las que realiza Mario Krmpotic' a través de su blog Manhattan y tú (lo del apellido es mera coincidencia, éste no es ningún ejercicio de nepotismo y, caso de demostrarse que lo fuera, en realidad vendría motivado más por una profunda admiración estética que por la corrupción ética a las líneas de sangre debida).
lunes, noviembre 09, 2009
domingo, noviembre 08, 2009
sábado, noviembre 07, 2009
viernes, noviembre 06, 2009
Los diez mandamientos del rey
Sci Fi Wire ha escogido las diez novelas más aterradoras de Stephen King. Aunque falto de leer alguna de ellas, este ladrador crepuscular se declara razonablemente de acuerdo con una lista que luce más o menos así:
10) Carrie (1974)
9) Gerald's Game (1992)
8) Cell (2006)
7) The Girl Who Loved Tom Gordon (1999)
6) The Stand - Complete and Uncut (1990)
5) Misery (1987)
4) Cujo (1981)
3) Pet Sematary (1982)
2) Salem's Lot (1975)
1) The Shining (1977)
10) Carrie (1974)
9) Gerald's Game (1992)
8) Cell (2006)
7) The Girl Who Loved Tom Gordon (1999)
6) The Stand - Complete and Uncut (1990)
5) Misery (1987)
4) Cujo (1981)
3) Pet Sematary (1982)
2) Salem's Lot (1975)
1) The Shining (1977)
jueves, noviembre 05, 2009
Sobre la humana naturaleza
P: Tanto viaje, tanto libro, tanta película/serie, tanta música... y, al final, ¿lo mejor del mundo no es una conversación con una mujer culta, inteligente y divertida? Y si, además, es preciosa y la novia de uno, ¿qué más se puede pedir?
R: Nada. No se puede pedir nada más. Pero lo pedimos, porque somos como somos.
(Enric González durante el encuentro cibernético con los lectores de El País del pasado lunes)
R: Nada. No se puede pedir nada más. Pero lo pedimos, porque somos como somos.
(Enric González durante el encuentro cibernético con los lectores de El País del pasado lunes)
Ellas los prefieren imperiales...
Como su nombre deja bien a las claras, el blog Hot Chicks With Stormtroopers se dedica a buscar y reproducir imágenes con mujeres de buen ver y miembros del linaje de Jango Fett. Ah, quién fuera clon...
miércoles, noviembre 04, 2009
martes, noviembre 03, 2009
lunes, noviembre 02, 2009
domingo, noviembre 01, 2009
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