lunes, enero 30, 2012

El día que estuve en una telenovela


Cuando Warhol, la fama te duraba quince minutos. Hoy día, ese traidor estado se limita a un fotograma (y ojo, que servidor es consciente de que no da para mucho más y ya verse citado junto a Mr. Rodrigo Fresán le invita a repetir compulsivamente esto). Sucede la mención que preside estas líneas en la ingeniosa, a ratos un pelín obsesiva con algún protagonista, en general hilarante telenovela que Joe Kelso / Óscar Sáenz ha dedicado al "mundillo literario", versión gente-que-conozco-por-Facebook (aquí).

jueves, enero 26, 2012

Las diez grandes dinastías de Hollywood

Las ha escogido, entre muchísimas otras categorías, la web TopTenz (y sí, dentro de treinta años los Baldwin ocuparán sin duda el número 1):

10) Los Reitman
9) Los Fairbanks-Pickford
8) Los Curtis-Leigh
7) Los Ladd
6) Los Mankiewicz
5) Los Richardson-Redgrave
4) Los Huston
3) Los Coppola
2) Los Barrymore
1) Los Fonda

sábado, enero 21, 2012

jueves, enero 19, 2012

My Own Private Top-5 Movie Drivers

5) Max (Jamie Foxx) en Collateral de Michael Mann (2004)
4) Stuntman Mike (Kurt Russell) en Death Proof de Quentin Tarantino (2007)
3) Driver (Ryan Gosling) en Drive de Nicolas Winding Refn (2011)
2) Travis Bickle (Robert De Niro) en Taxi Driver de Martin Scorsese (1976)
1) Kowalski (Barry Newman) en Vanishing Point de Richard C. Sarafian (1971)




lunes, enero 16, 2012

Lo de "Público", al completo


No porque añada gran cosa, más bien a modo de bonus track, he aquí el cuestionario completo que contesté a Paula Corroto la semana pasada para un artículo de Público que vio la luz el viernes 13: 

Publicas Historia de una gárgola en Seix Barral. ¿Cómo entraste en contacto con la editorial? 
A través de Qué Leer había tenido ya trato con Elena Ramírez y su equipo. Lo cierto es que esta gárgola lleva una década larga revoloteando, pero no acababa de encontrar domicilio y fue reescrita en varias ocasiones... hasta que supe del lanzamiento de la colección Biblioteca Furtiva en Seix. Su espíritu me pareció el más adecuado para el libro, que une una historia fantástica (y, por tanto, que puede ser entendida como de corte "juvenil") con una narración tirando a adulta. A partir de ahí, mi agente envió el manuscrito, gustó y decidieron publicarlo. 

¿Crees que las editoriales están cada vez más abiertas a autores jóvenes que ya han publicado en editoriales más pequeñas (que no peores)? 
En realidad, no. Pienso que la crisis traerá una mayor reducción de títulos y que las grandes se enrocarán en torno a nombres conocidos que garanticen un cierto volumen de ventas. Es lógico. Pero el negocio va a cambiar en tantos aspectos que quizá me equivoque por completo. Personalmente, en cualquier caso, no considero que haya dado el salto a Seix Barral: Historia de una gárgola ha encontrado acomodo ahí y me siento honrado y agradecido, es un sello histórico con un gran presente en el que espero no desentonar demasiado. Respecto al futuro, quién sabe quién querrá la próxima novela y en qué condiciones. 

¿Estamos en un momento en el que se acabó el contrato millonario del escritor estrella? 
Intuyo que es otro de los apartados que van a cambiar. Pero es que el panorama es tan inestable... que si libro electrónico, que si piratería, que si crisis económica, que si precio del libro... Lo cierto es que estas últimas dos cuestiones debería responderlas mejor un editor. Lo mío son meras intuiciones más o menos periodísticas. 

¿Podríamos decir que un momento de crisis como este puede dar lugar a una explosión de jóvenes autores? 
Esa explosión ya se ha dado y se sigue dando. El relevo generacional no resulta evidente por nombres (¿quién es el nuevo Javier Marías? ¿quién la nueva Almudena Grandes?), pero sí por número. Jamás se había visto a tanta gente "joven" (no ya menor de 40: de 30 prácticamente) publicando. Y creciendo, espero. Es mérito de las editoriales "indies" (a la par que una necesidad, claro) y de las apuestas de algunas grandes. La crisis deprime lo mismo que estimula. La cuestión siempre es que los "estimulados" encuentren a alguien que se preste a amplificar su voz.

jueves, enero 05, 2012

My Own Private Filmic 2011






1. Melancholia de Lars von Trier
2. Winter's Bone de Debra Granik
3. Cisne negro de Darren Aronofsky
4. Jane Eyre de Cary Joji Fukunaga
5. El árbol de la vida de Terrence Malick
6. El topo de Tomas Alfredson
7. Rango de Gore Verbinski
8. Blackthorn de Mateo Gil
9. Drive de Nicolas Winding Refn
10. Margin Call de J.C. Chandor
11. Un dios salvaje de Roman Polanski
12. Valor de ley de Ethan Coen y Joel Coen
13. Super 8 de J.J. Abrams / Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio de Steven Spielberg
14. Hanna de Joe Wright
15. El origen del planeta de los simios de Rupert Wyatt

martes, enero 03, 2012

Wilco en el Palau de la Música, 02/11/11


Si usted tiene visto (escuchado, sentido…) a Wilco en vivo, poco tengo que contarle: se le reconoce el buen gusto, se le celebra la fortuna y pasamos a la parte difícil. Porque, ¿cómo relatar el directo del reloj suizo de Jeff Tweedy a quien, por no haber compartido la experiencia, nos impedirá anclar referentes, nos obligará a partir de cero en una enumeración lineal, diacrónica, que en absoluto hará justicia al todo sincrónico que caracteriza noches como la del pasado 2-N? Y aquí estamos, perdiendo el tiempo con introducciones. Así que repasemos a la carrera: sold out, 26 temas a lo largo y ancho de 140 minutos, nuevo álbum bajo el brazo… generalidades que apenas nos sitúan, poco más que letreros de carretera. ¿Y el paisaje? Durante una primera parte predominan las composiciones abiertas, atmosféricas, con algún inesperado punto álgido (la reciente The Art of Almost). Yankee Hotel Foxtrot se convierte, entonces, en el hilo conductor, brotan piezas más clásicas y canónicas, Tweedy bromea con el público, los solos se desatan en una aun así milimetrada Impossible Germany… y ya todo fluye camino del cierre de libro, entre la joya pop (California Stars, Heavy Metal Drummer) y la guinda roquera (Monday, Outtasite). Nótese, finalmente, una vez más, la excelencia de la banda en su Via Chicago: salen corriendo juntos y, pese a que de repente dos de sus miembros toman sentidos distintos, todos acaban alcanzando la misma meta. Concierto a concierto, Wilco no deja de hacer honor a su nombre (y leyenda).

(Esta reseña apareció en el número de diciembre de Go Mag.)