Si la noticia que circula acerca de unas supuestas torturas y violaciones en la sala Bataclan fuera cierta (lo siento: enlazarla sería caer en la trampa), cabría preguntarse hasta qué punto lo poco que suma en términos informativos justifica que se reabran las heridas y, sobre todo, que se les haga el juego a los criminales en su propagandística y tantas veces pornográfica propagación del terror.
Pero la noticia que circula acerca de unas supuestas torturas y violaciones en la sala Bataclan tiene toda la pinta de ser falsa. Ante todo, ningún superviviente mencionó tales hechos. Y, algo más allá, el escaso número de verdugos, el amplio número de víctimas y la falta de tiempo (junto a la distracción de las llamadas a la policía y la posibilidad de que esta entrase en cualquier momento) invitan a descartarla por mero sentido común.
Uno de los medios españoles que se ha hecho eco de ella es El Español, cuyo director, Pedro J. Ramírez, ya demostró desde El Mundo y a vueltas con el 11-M que no iba a permitir que la verdad le estropeara una buena teoría de la conspiración, que la tinta de rotativa a menudo tiene menos que ver con la realidad que con la necesidad política.
Hay que llegar hasta el final de la citada nota de El Español, por cierto, para leer las siguientes declaraciones de dos altos mandos policiales, declaraciones que desmienten el titular, la entradilla y buena parte de los párrafos que les anteceden:
"Michel Cadot: No tengo conocimiento alguno de estos hechos, ni por el Instituto Médico Legal, ni por los funcionarios en cuestión. Será, evidentemente, la investigación judicial quien aprecie la veracidad. En cambio, comprendí que no había sido encontrado en el lugar del ataque ningún cuchillo, ni ningún otro arma afilada. Será fácil comprobarlo en el cuadro de la investigación. En lo que a mí me concierne, una vez más, no he recibido ningún mensaje de este tipo proveniente del Instituto Médico Legal o de la dirección de tutela de la BAC.
Christian Sainte: Yo no puedo aportar mucho en ese punto, visto el estado de la investigación, pero nada, en el estado actual de mis conocimientos, me permite pensar que lo que acaba usted de leer es justo. Preciso, para que las cosas estén claras, que algunos de los cuerpos del Bataclan estaban extremadamente mutilados por las explosiones y por las armas, hasta tal punto que fue a veces difícil reconstruir las partes desmembradas. Dicho de otro modo, las heridas que este padre describe podrían también haber sido causadas por las armas automáticas, o por las explosiones y las proyecciones de clavos y tornillos que salieron de ellas".
Si la composición de todo plano fílmico conlleva una elección moral, todas y cada una de las elecciones referentes a esta noticia parecen brotar de la inmoralidad y del desprecio más absoluto por este oficio. Así muere, así sigue muriendo el periodismo.
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