miércoles, noviembre 29, 2006

Rusia siempre fue una madre cruel

Vladimir Putin dijo: "No debemos olvidar que los crímenes de este tipo ocurren no sólo en Rusia, sino en los países europeos, donde hay grandes asesinatos no aclarados hasta ahora." (El País, 25/11/06).

A lo que Hermann Tertsch ha contestado: "Si en el año 2006 el jefe de un Estado inmenso y poderoso, miembro reconocido de la comunidad internacional, fundador de la ONU, siempre más temido que respetado, ha de negar públicamente haber ordenado el envenenamiento de algún conciudadano suyo, es que es ruso." (El retorno del largo brazo de la CK, en El País del 28/11/06).

A lo que este ladrador añadiría: El asesinato ocurrió en Londres, capital europea en la que Alexander Litvinenko llevaba dos años residiendo. Queda claro que para Putin, no obstante, se trata de un asunto interno ruso. Y todos sabemos quién se encarga de solucionar los asuntos internos rusos. Y cómo las gasta. Y se hace obvio también que el crimen no será aclarado. Y que, si le buscamos las cosquillas, el zar nos las buscará a nosotros. Y que ningún país tan peligroso para el (des)orden mundial como las tierras otrora (simbólicamente) rojas.

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