* Un motivo para... ¿la alegría? En España, a diferencia del resto de Europa, no se ha producido en términos nacionales el ascenso de ningún grupo de ultraderecha. En España, a diferencia del resto de Europa, esa ultraderecha se siente ya plenamente representada por el partido que ha alcanzado el poder (tal y como el partido más votado en Catalunya, CIU, viene haciendo suyos algunos planteamientos seudoxenófobos).
* En España hay diez-once millones de personas que votan al PP. Los hubo en 2008 y los ha vuelto a haber en 2011. Son una masa heterogénea pero consecuente, inmune a los casos de corrupción y, a diferencia de este ladrador crepuscular, cerrada a censurar el uso electoralista de asuntos tan delicados como el 11-M, ETA o la dichosa crisis.
* Los otros diez-once millones, los que corresponderían al PSOE, sí tienden a la desbandada: 4,5 millones de personas han castigado a Zapatero/Rubalcaba quitándoles el voto.
* El trasvase entre PSOE y PP no ha resultado sangrante: medio millón de votos más o menos. Otro medio millón se ha ido a la abstención (del 26% al 28%). Prácticamente se ha duplicado el voto nulo (unos 317.000) y el voto en blanco ha aumentado también, aunque de forma sutil (333.000, 50.000 más que en 2008).
* Los grandes beneficiados del desastre socialista (o, si se quiere, de la dinámica antibipartidista promovida por el 15-M) serían, pues, UPyD (850.000 votos más), IU (700.000 votos más) y CIU (300.000 votos más), amén de dos de los tres partidos que consiguen representación parlamentaria (Amaiur es otra historia).
* Amaiur, en efecto, es otra historia, en cuanto ha logrado traducir en un importante beneficio político el fin de ETA: 333.628 votos que equivalen a siete escaños (y eso que el PNV ha mejorado en 17.000 votos sus resultados de 2008).
* Sin ánimo revanchista alguno, simplemente para remarcar la falta de peso de todo lo hasta aquí apostillado (especialmente en un contexto de mayoría absoluta), nótese que el IBEX ha despertado a la baja y la prima de riesgo al alza, señal de que un gobierno fuerte y alternativo jamás fue la solución mágica; de que, en definitiva, la economía y sociedad españolas no dependen ya de lo que suceda o deje de suceder en el Congreso de los Diputados.
* En España hay diez-once millones de personas que votan al PP. Los hubo en 2008 y los ha vuelto a haber en 2011. Son una masa heterogénea pero consecuente, inmune a los casos de corrupción y, a diferencia de este ladrador crepuscular, cerrada a censurar el uso electoralista de asuntos tan delicados como el 11-M, ETA o la dichosa crisis.
* Los otros diez-once millones, los que corresponderían al PSOE, sí tienden a la desbandada: 4,5 millones de personas han castigado a Zapatero/Rubalcaba quitándoles el voto.
* El trasvase entre PSOE y PP no ha resultado sangrante: medio millón de votos más o menos. Otro medio millón se ha ido a la abstención (del 26% al 28%). Prácticamente se ha duplicado el voto nulo (unos 317.000) y el voto en blanco ha aumentado también, aunque de forma sutil (333.000, 50.000 más que en 2008).
* Los grandes beneficiados del desastre socialista (o, si se quiere, de la dinámica antibipartidista promovida por el 15-M) serían, pues, UPyD (850.000 votos más), IU (700.000 votos más) y CIU (300.000 votos más), amén de dos de los tres partidos que consiguen representación parlamentaria (Amaiur es otra historia).
* Amaiur, en efecto, es otra historia, en cuanto ha logrado traducir en un importante beneficio político el fin de ETA: 333.628 votos que equivalen a siete escaños (y eso que el PNV ha mejorado en 17.000 votos sus resultados de 2008).
* Sin ánimo revanchista alguno, simplemente para remarcar la falta de peso de todo lo hasta aquí apostillado (especialmente en un contexto de mayoría absoluta), nótese que el IBEX ha despertado a la baja y la prima de riesgo al alza, señal de que un gobierno fuerte y alternativo jamás fue la solución mágica; de que, en definitiva, la economía y sociedad españolas no dependen ya de lo que suceda o deje de suceder en el Congreso de los Diputados.
1 comentario:
* Otro punto que me atrevería a resaltar es que se ha plasmado, de nuevo la injusticia, a mi modo de ver, del sistema electoral español. Un sistema que da la mayoria absoluta al PP y que beneficia sobre manera también a otros partidos de derechas como CiU o PNV.
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