lunes, agosto 01, 2016

Levantarse. Caer. Levantarse otra vez.

En lo que a la Segunda Guerra Mundial respecta, Varsovia es sinónimo de dos grandes obscenidades. La una fue el gueto. La otra, la estrategia del ejército soviético al plantarse a orillas del Vístula y esperar pacientemente, a lo largo de 63 días, a que el levantamiento de la Armia Krajowa fuera aplastado por los nazis, a lo que siguió la destrucción del 85% de la ciudad.

En lo que a la Segunda Guerra Mundial respecta, Varsovia es sinónimo de dos rebeliones tan fallidas como memorables. La una fue la del gueto (abril y mayo de 1943). La otra representó la mayor operación de resistencia contra la esvástica que Europa fuera a testimoniar.

Hoy se cumplen 72 años del primero de esos 63 días destinados al fracaso, también imprescindibles. Como cada 1 de agosto, durante un minuto la vida en Varsovia se detendrá. En memoria de la obscenidad. En memoria de quienes lucharon por la libertad y fueron abandonados a su suerte.


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