miércoles, marzo 22, 2006

Jugar a médicos (2)

Algunas (breves) observaciones tras mi segunda cita con el doctor House:

* Mucho me temo que al doctor House no le gustaría demasiado la serie House.

* ¿Nadie se ha dado cuenta de que la altura psicológica de House se debe a que el resto de personajes son enanos? Anoche hasta el último de los secundarios (los padres de la criatura desnutrida, la pareja a punto de dar a luz...) lucía la mar de feliz su electroencefalograma plano. Sólo falta una línea de diálogo en la que un enfermo clame: "¡Ilumínenos, oh magno doctor House, que es que somos gilipollas!"

* No hay en estas observaciones la menor intención de convertirme en el doctor House de este blog. Admito las posibilidades del personaje (y del actor), pero los dos guiones a los que me vengo enfrentando han resultado muy flojitos.

* Nuevamente insatisfecho (le he dado más oportunidades a House que a muchas de mis parejas -perdón, es que me lo he puesto a pedir de boca), terminé la noche viendo un capítulo de Urgencias. Y, oigan, eso es un guión. ¡Cuánta más intensidad transmitía la historia de la niña obesa y adoptada sobre la que caían los servicios sociales!

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