Intelectuapop. Paul Smith no ha partido peras con su media naranja musical pero sí es probable que alguna media naranja sentimental se le haya atragantado en tiempos recientes; de ahí esta catártica ópera prima en solitario cual macedonia de chino, con su trocito de piña ya fermentada al que viene a redimir un lichi sorpresa. La cosa funciona cuando Smith suena a Maxïmo Park (North Atlantic Drift), pero aún más cuando Smith parece no echar de menos a Maxïmo Park (Alone I Would Have Dropped); pierde pie, en cambio, con una serie de temas variados, sí; simpáticos, sí; pero que flirtean con la intrascendencia como si de una colección de descartes de la banda madre se tratara (y cuán lejano se halla ya aquel Missing Songs). El fan sabrá del cuaderno (¿era rojo o nos puede la interferencia austeriana?) que el amigo lleva a todas partes para no dejar escapar uno solo de los versos o ideas que se le pasan por la cabeza; en ese sentido, el lema Margins se nos antoja de lo más revelador.
(Esta reseña ha aparecido en el número de noviembre de Go Mag)
(Esta reseña ha aparecido en el número de noviembre de Go Mag)
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