Piedra angular del grunge, vértice junto a Pearl Jam y Nirvana del triángulo que situó a Seattle en el corazón mismo del mapa musical de los 90, Soundgarden era carne de retorno. Primero porque, nos lo enseña el budismo milenario, todo lo que fluye regresa. Y segundo porque, nos lo indica el trauma aún reciente, nadie quería enfrentarse a otro disco de Chris Cornell en solitario. Tras algunos conciertos de calentamiento, así las cosas, la banda se ha decidido a recordarnos lo bien que sonaban Led Zep y Black Sab en su versión norteamericana-leñadora con una impecable colección de “rarezas” (y eso que el abajo firmante trabaja sobre su versión simple, la que acompaña al último Guitar Hero, con “sólo” doce temas): su primer single (Hunted Down), el Birth Ritual con que contribuyeron a la banda sonora de Singles, cuatro temas que nos congracian con Superunknown (ahora que no llega machacado desde la MTV) y hasta un inédito, Black Rain. Se aguarda con razonable ansia, pues, el siguiente paso.
(Esta reseña ha aparecido en el número de diciembre de Go Mag)
(Esta reseña ha aparecido en el número de diciembre de Go Mag)
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