Desde hace algunos meses, la hermana pequeña de este ladrador crepuscular ejerce de azafata para la aerolínea de cierto país de Oriente Medio. Así las cosas, sobre estas líneas, la postal que le remitió desde Katmandú durante su primera estancia nepalesa, que el susodicho ladrador agradece cual mono templario y de la que (sin presiones, claro) espera sea la primera de varias.
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