"Tiene Rusia a sus pies a los países vecinos atemorizados y a los estados europeos en general con tales ansias de ganarse sus favores que todos albergan tentaciones de acuerdos, contratos y amistades por separado. La bilateralidad absoluta entre Moscú y Berlín en su política energética, decidida por el anterior Gobierno alemán, dirigido por el hoy empleado de Putin, el ex canciller Gerhard Schröder, creó una fisura en la política europea de consecuencias incalculables. (...) La monarquía rusa ha vuelto. Como entonces, la división de Europa es su objetivo y baza principal." - De El reloj del zar, editorial de Hermann Tertsch aparecido en El País del 24/10/06.
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