Dave Grohl fue el segundo músico más dotado de Nirvana; también, el más listo. Conjunción que, a la muerte de Kurt Cobain, se ha traducido en una carrera larga y apañada, catorce años al frente de unos Foo Fighters que en junio pasado reunían a 86.000 fieles en Wembley. ¿El secreto de su éxito? Diríase que una voluntad de pasarlo bien sustentada en una decena de temas francamente correctos. Es así que, durante la primera hora de este concierto estrella, el amigo se desenvuelve cual adolescente al que le permiten subirse a un fórmula 1: aceleradísimo, va sumando temas mientras en la recta no deja de saludar a los amigos. Marigold, de repente, marca la frontera. Atrás quedan los solos y demás boberías de rigor; Grohl se pone serio. Tras dos o tres clásicos de la banda, ataca la batería para escoltar a Jimmy Page y John Paul Jones en Rock and Roll, canta en Ramble On, cierra la velada con un Best of You que hace justicia a su título. Y la cosa sube de anecdótica a memorable, quién nos lo iba a decir.
(Esta reseña ha aparecido en el número de febrero de Go Mag)
(Esta reseña ha aparecido en el número de febrero de Go Mag)
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