
* * *

Otros dos gifs, éstos provenientes de The Social Network, nuevamente realizados por su ladrador crepuscular...


No quiero decir que haya una cadena de órdenes desde Hillary Clinton hasta llegar a un periodista que trabaja en The Guardian, eso es ridículo, las cosas no funcionan así en el mundo real, que es mucho más interesante y sutil. El gran poder crea un ambiente en el que los individuos, prácticamente, chupan de lo que perciben que quiere el poder. En cada organización o grupo puede haber instrucciones directas, pero cada individuo y grupo actúa del modo que percibe que maximiza sus propios intereses. Carreras ambiciosas, fama, mantener y crear alianzas, hacer favores, favores a amigos, parientes, o miembros de un mismo partido... hacer las cosas por el miedo, sin que te las hayan pedido... todas esas cosas crean un ambiente.Julian Assange a El País
No era esta la novela que desde Acantilado nos habían anunciado como segunda entrega del fenómeno Monteagudo –ya saben, el operario fabril que se destapó con Fin y anunció que los cajones de su escritorio custodiaban varios manuscritos similares–. No lo era y, si queremos pensar mal, es posible que lo haya acabado siendo a raíz de una lógica maniobra comercial: en principio, los mineros chilenos no debían ser rescatados hasta Navidades, tiempo más que suficiente para que la historia de Marcos Montes y sus compañeros atrapados a centenares de metros de profundidad obtuviera un margen extra gracias a la publicidad gratuita del caso real. Intuiciones al margen, quede claro que lo nuestro es la ficción. Y que, tras zambullirnos en ella, las dudas y certezas sembradas por Fin permanecen inalteradas.

Piedra angular del grunge, vértice junto a Pearl Jam y Nirvana del triángulo que situó a Seattle en el corazón mismo del mapa musical de los 90, Soundgarden era carne de retorno. Primero porque, nos lo enseña el budismo milenario, todo lo que fluye regresa. Y segundo porque, nos lo indica el trauma aún reciente, nadie quería enfrentarse a otro disco de Chris Cornell en solitario. Tras algunos conciertos de calentamiento, así las cosas, la banda se ha decidido a recordarnos lo bien que sonaban Led Zep y Black Sab en su versión norteamericana-leñadora con una impecable colección de “rarezas” (y eso que el abajo firmante trabaja sobre su versión simple, la que acompaña al último Guitar Hero, con “sólo” doce temas): su primer single (Hunted Down), el Birth Ritual con que contribuyeron a la banda sonora de Singles, cuatro temas que nos congracian con Superunknown (ahora que no llega machacado desde la MTV) y hasta un inédito, Black Rain. Se aguarda con razonable ansia, pues, el siguiente paso. "Entré en la casa y apagué un par de luces y luego me quedé delante de su puerta. Había espacio entre la puerta y el umbral, y abrí la puerta y permanecí allí, esperando que la oscuridad se ablandara hasta el punto de permitirme ver las formas. Luego allí estaba ella, en la cama, pero me llevó algún tiempo darme cuenta de que me estaba mirando. Estaba bajo la sábana mirándome directamente y luego se dio la vuelta y se puso de cara a la pared opuesta, subiéndose la sábana hasta el mentón.Don DeLillo en Punto omega (Seix Barral, 2010)
Pasó otro momento antes de que devolviera la puerta a su posición original. Volví a salir y permanecí un rato ante la barandilla. Luego ajusté al máximo el sillón reclinable y me repantigué con los ojos cerrados, las manos en el pecho, y traté de sentirme nadie en ningún sitio, una sombra que forma parte de la noche."

