Hay muchas formas de jugar al fútbol y cada cual se arrima a la que más le conviene. Es lícito, pero no por ello admirable. Así las cosas, este ladrador no puede más que sonreírse perversa y crepuscularmente al descubrir que el Madrid trató anoche la Copa del Rey del mismo modo en que se había comportado con el balón algunas horas antes: lanzándola por los aires, cayendo antes en el atropello que en el juego. Y sí, era suya y podían hacer con ella lo que quisieran...
2 comentarios:
Plas, plas, plas... Sólo puedo aplaudir la erudición hecha verbo. Como diría el propio Ramos, en tres palabras: "Men can ta".
Muchas gracias por el comentario. Celebro que haya sido de su agrado.
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