lunes, junio 12, 2006

De El País del 11/06/06

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“Una identidad múltiple es perfectamente normal. En mi caso es imprescindible para poder cambiar de escenario, pasar del periodismo a la literatura o la escritura para jóvenes, a los blogs...”. De 31 años, nacido en Barcelona, hijo de argentinos, nieto de croatas, multilingüe con el inglés y el catalán como lenguas propias, además del castellano, está cómodo en Barcelona: “Siempre he sentido que no pertenecía a ningún sitio. Durantemuchos años he querido mucho a Cataluña...”. Intentó vivir en Argentina, conoció Croacia, experimentó Estados Unidos, “al fin me di cuenta de que, para escribir, es bueno vivir en un sitio al que no perteneces. Barcelona es perfecta para eso”. No le gustan las etiquetas, pero admite que su generación, de identidad múltiple, navega en la globalización.

Administra, escribe y mantiene cuatro blogs simultáneos en la Red: es su forma natural de hacer acto de presencia en el mundo. En Ladridos crepusculares, comenzado en enero de 2005 y que hoy recibe 100 visitas diarias —“tengo un contador quemedice desde dónde me escribe la gente ymuchos son personas que están lejos”— cabe de todo: crítica literaria, viajes, Carod Rovira, Irak, sus adorados Martin Amis y Jonathan Safran Foer, Jane
Austen...
opinión e información. Realidad y ficción: he aquí el enigma que envuelve su circunstancia.

El blog Maldeamores es un “work in progress de historias cortas, casi caricaturescas. Son falsas y buscan expresar falsedad”. Escribe, lentamente, un capítulo al mes intentando exprimir al límite la ficción, la novela. Mantiene otro blog muy íntimo relacionado con una de sus pasiones, el fútbol, Con F de fútbol y de Fotogramas, en el que desahoga sus vivencias de portero y lateral izquierdo de un equipo de colegas. No sin pena, y mucha risa, dice que ha cerrado hace poco otro blog personal sobre el Barça... “esa bandera en la que te envuelves con placer y sufrimiento”. Su último blog está en My espace, que ofrece toda clase de posibilidades de interconexión y contacto, “estupendo para ligar”. Esta hiperactividad bloguera ocupa sus horas libres.

Para ganarse la vida ha trabajado en variopintos oficios sucesivos y efímeros: ha sido carpintero y baby sitter con cierta fortuna; también camarero, asesor de telemarketing de una empresa de divisas en la que no hizo ni un solo cliente, y guardia de seguridad nocturno en una fábrica -“estuvo bien, leía mucho”- y en una discoteca de moda -“sin arma, ni siquiera porra”- donde su corpulencia física no encajaba con su innata timidez de observador atónito. Tiene un título de dirección de cine del CECC —“estudiar cine me ha sido muy útil para conocer los elementos que hay que tener en cuenta al escribir”—, dos años de Historia del Arte y cuatro de Filología Inglesa.

Periodista en la revista de libros Qué Leer, ha publicado cuentos para jóvenes y una singular novela, Sorbed mi sexo (Caballo de Troya, 2005), que cuenta la alucinante historia de la estrella de la gastronomía francesa Paul Boissel. Un experimento literario del que “ni siquiera sabemos si es biografía, patraña o novela”, advertía la contraportada. “Vivimos tiempos en que es necesario desconfiar hasta de los títulos de crédito”, se apostillaba. El libro aporta una cronología completa de la vida de Boissel, comentarios entusiastas de críticos literarios y una precisa nota biográfica sobre el autor, Milo J. Krmpotic, “hijo de alemán y croata”, nacido “en París el 1 de julio de 1963”.

Efectivamente, como habrá observado el lector, estamos ante dos (2) Milo J. Krmpotic. El asunto no pasó inadvertido: incluso la Biblioteca Nacional de Madrid se interesó por esta dualidad, igual que otros buscaron inútilmente referencias sobre la personalidad del cocinero Boissel. “Todo era falso, pero lo escribí como si fuera verdad y mucha gente lo creyó así”. Triunfo, pues, de la literatura y la ficción. Firmó el libro con su nombre porque el editor le obligó, pero había inventado, también, a un autor inexistente. ¿Personalidad hipermúltiple? ¿Realidad-ficción? Pasión de escritor: “No puedo dejar de escribir. Escribiendo he descubierto que si pones tu vida en la ficción, la ficción se acaba metiendo en tu vida”. La ficción como humor y burla, pero también como miedo: “He notado como se ejercía el miedo desde el poder, en Argentina en 1995 y aquí, tras la guerra de Irak, con el PP. El miedo te lleva a ser conducido en una sola dirección, la de tener más miedo”. ¿Identidad plural vocacional? Para sobrevivir, las nuevas generaciones van con pies de plomo.
Margarita Riviere

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