lunes, agosto 29, 2005

1-(se)X-2

Huele a nueva, tiene tacto de regalito navideño recién despojado del envoltorio que lo contenía (¡en pleno mes de agosto!), sabe a promesas sinnúmero y a dos o tres arranques de magia y fantasía… Ahora que la Liga se despereza, aprovechando que la avalancha informativa de rigor apenas dura dos días y que todo nos coge como por sorpresa, un post de breves, humildes impresiones sobre lo acontecido durante la inaugural jornada balompédica:

1. Pese a generar una docena larga de ocasiones evidentes de gol, el Barça se quedó en Mendizorroza con el marcador a cero. Me callo el más que obvio símil para con la vida sexual de este ladrador crepuscular. Resaltar, si eso, mi acuerdo con el cronista que señaló el alarmante “etocentrismo” que viene padeciendo desde finales de la pasada temporada el juego de nuestro crack camerunés, Samuel “I wanna be your Pichichi” Eto’o.

2. Todas las dudas generadas por la obsesión galáctica de Florentino “que te ficho, leche” Pérez se fueron al garete durante los quince minutos en que “bicicletinhas” Robinho sambeó por el césped gaditano: a base de jugar con cinco delanteros y cinco defensas, este Madrid ha reinventado el fútbol total. Raúl saca los córners. Helguera remata en el área pequeña. Baptista cubre las estampidas de Roberto Carlos por la banda… La vida sexual de este ladrador crepuscular solía ser igualmente variopinta...

3. En el Mestalla, Pablito “ya querría Harry Potter” Aimar sumó hasta cuatro (4) genialidades en una sola jugada: control orientado de una patata que llovía de la luna de Valencia sobre la línea de fondo, caño al defensa que le marcaba, finta con la izquierda y remate pícaro con la derecha. La cosa, evidentemente, acabó en gol. Así nació y murió la cuota de vida sexual de este ladrador crepuscular para la semana pasada.

4. De nuevo en nuestro Levante, Patrick “livin’ la vida loca” Kluivert debutó con la escuadra del murciélago y a puntito estuvo de marcar un gol… en propia puerta. Desde su marcha, las banderas de los pubs y discotecas de Newcastle ondean a media asta. Y, por lo que cuentan mis informadores a orillas del Tyne, la vida sexual del lugar no tiene nada que envidiar ahora a la de un servidor. Ay…

Moraleja: a falta de féminas (las de Sin City no cuentan), veinticinco hombres y un balón actúan como el mejor de los sustitutivos.

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