(El ladrador crepuscular advierte a sus lectores de que la siguiente crónica, aparecida en El País del 16/01/07, puede herir susceptibilidades)
"A Bandar se le vio murmurar una oración, mientras que Barzán, enfermo de cáncer desde hacía más de un año, parecía temblar. Pero el detalle macabro se produjo en el momento del ahorcamiento; cuando los cuerpos caían por la trampilla que se abrió bajo sus pies, la cabeza de Barzán se desprendió y fue a caer junto al resto del cadáver en medio de un charco de sangre bajo el nudo vacío de su horca, al tiempo que el cuerpo de Bandar se balanceaba colgado de la cuerda.
Basam al Husseini, un consejero del Gobierno de Bagdad, aseguró que el daño sufrido por el cuerpo del hermanastro de Sadam fue un castigo de Dios."
"A Bandar se le vio murmurar una oración, mientras que Barzán, enfermo de cáncer desde hacía más de un año, parecía temblar. Pero el detalle macabro se produjo en el momento del ahorcamiento; cuando los cuerpos caían por la trampilla que se abrió bajo sus pies, la cabeza de Barzán se desprendió y fue a caer junto al resto del cadáver en medio de un charco de sangre bajo el nudo vacío de su horca, al tiempo que el cuerpo de Bandar se balanceaba colgado de la cuerda.
Basam al Husseini, un consejero del Gobierno de Bagdad, aseguró que el daño sufrido por el cuerpo del hermanastro de Sadam fue un castigo de Dios."
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