...no es el Joker, desde luego. Sí, posiblemente, la escasez de miras por parte de la Academia de Hollywood, incapaz de adjudicarle una sola nominación no técnica más allá de la destinada a ensalzar póstumamente los méritos de Heath Ledger. Pensaba ladrar que es triste recompensa para el mejor film de superhéroes de la historia del cine, pero sería caer en la misma trampa. La melancolía crepuscular que motiva este post nace, en realidad, del nulo reconocimiento a los apartados creativos de una película sencillamente memorable, máscaras y capas al margen (tres cuartos de lo mismo podría decirse respecto a Wall-E, condenada a la categoría de animación cuando perfectamente podría haber figurado en las de título del año y mejor actor -esa caída de ojos ni la Garbo, oigan...).
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