"En Italia, ya lo habrán notado, los grandes procesos judiciales suelen acabar en agua de borrajas: los sumarios prescriben, las pruebas desaparecen, las apelaciones se eternizan. Como resultado, nadie es culpable y nadie es inocente. Por tanto, nada es verdad ni es mentira. Ahí tienen a Berlusconi como prueba viviente."Enric González en Historias de Roma (RBA, 2010)
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