GOD GRANT ME
THE SERENITY TO ACCEPT
THE THINGS I CANNOT CHANGE
COURAGE
TO CHANGE THE THINGS I CAN
AND WISDOM ALWAYS
TO TELL THE
DIFFERENCE (*).
* (QUE DIOS ME OTORGUE / LA SERENIDAD PARA ACEPTAR / AQUELLO QUE NO PUEDO CAMBIAR / VALOR / PARA CAMBIAR CUANTO QUEDE A MI ALCANCE / Y LA SABIDURÍA / PARA DIFERENCIAR SIEMPRE / ENTRE LO UNO Y LO OTRO).
Así reza el cartel que pende de uno de los muros del despacho de Billy Pilgrim. “Entre las cosas que Billy Pilgrim no podía cambiar se encontraba el pasado, el presente y el futuro”. En su pasado, Billy Pilgrim había sido un adolescente soldado norteamericano de la Segunda Guerra Mundial. Capturado por los nazis, se encontraba en Dresde los días 13 y 14 de febrero de 1945, martes y miércoles, cuando la aviación aliada descargó tres raids sobre la llamada “Florencia del Elba”. Los dos primeros correspondieron a la RAF, que empleó 759 naves; el tercero vino firmado por 311 bombarderos de Estados Unidos. En total, más de 4.500 toneladas de explosivo fueron lanzadas sobre la ciudad. Cuentan que la columna de humo resultante se elevó a una altura de cuatro kilómetros y medio. Entre 35.000 y 250.000 personas murieron despedazadas, carbonizadas o asfixiadas (Dresde contaba con unos 100.000 habitantes, pero al no ser considerada objetivo bélico, pues no había en ella industria militar ninguna, había recibido a miles de refugiados). Billy Pilgrim sobrevivió al hallarse recluido en un matadero de las afueras, lejos del infierno que se desató sobre quince kilómetros cuadrados del centro histórico. En su futuro, Billy Pilgrim iba a soñar repetidas veces que la historia se daba de forma diferente. Apelaría incluso a los trafalmadorianos, una raza extraterrestre con hábitos cronológicos distintos a los de la humanidad. Pero no hubo caso. Sesenta años después no lo ha habido, al menos.
Que Dios nos otorgue la serenidad, pues…
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