miércoles, enero 05, 2005

De un extraño a otro

Leo en las Memorias de un extraño de Jorge de Cominges, publicadas por Seix Barral, el siguiente fragmento:
"En el colegio se hablaba también exclusivamente en castellano y solo los internos se expresaban en catalán. Mis primos Trías Sagnier han dicho en alguna ocasión que la actual normalización lingüística en Cataluña ha sido la venganza de los internos. Los amigos de mis padres hablaban en castellano y el catalán solía ser el idioma utilizado con los carpinteros, fontaneros y otros miembros de la menestralía. Además de los payeses. Todavía no había llegado el momento en que el catalán fuera el instrumento usado por los charnegos para intentar ascender socialmente."
Al margen de la distante elegancia connotativa de ese "menestralía" (de "menestral", persona que se dedica a un oficio manual y, por tanto, etimológicamente hablando, entiendo que derivada del sustantivo latino 'manus -us' antes que del adjetivo 'minus' -con el que yo, en una primera lectura, lo había subconsciente y erróneamente asociado), no puedo evitar pasar revista a mi personal encuentro con el catalán, ocurrido en plena fiebre de la "Norma" pero, por cierto, carente de aristas traumáticas. Fue la nacionalidad argentina de mis padres la que permitió que, en 1974, se me registrara con un doble nombre "extranjero", Milo Jordi. Mi padre solía decirme que Jordi Cruyff (nacido ese mismo año y de progenitores también foráneos, claro) y un servidor habíamos sido de los primeros en lucir oficialmente el nombre del Patrón. Pero tal posibilidad fue menos motivo de orgullo nacionalista que una bala más en mi arsenal de anécdotas privadas...
En cualquier caso, tengo la sensación de no haberme asomado a la lengua catalana hasta principios de los '80. Mi ingreso (debidamente becado) en una escuela de orientación catalanista debió ayudar, y ahora mismo me viene a la cabeza la queja de un viejo (tiempo ha desaparecido) amigo maño ante la obligatoriedad de estudiar el ochenta por ciento de las materias en la lengua de Llull. Mas jamás concebí el aprendizaje de otros idiomas como una afrenta o una carga penosa.
Es decir, que busco y rebusco pero no doy en lo personal con el encontronazo que desde hace ya muchas décadas viene siendo en este país motivo de polémica lingüística general. Antes sudaca que charnego, si se quiere, el catalán fue para mí el instrumento para entender un contexto que sentía como propio en la misma medida que me resultaba ajeno (lo de ascender en sociedad... uffff, eso ya no se lleva, creo). Siempre intuí, quizá con escandalosa ingenuidad, que la dialéctica bilingüista quedaría superada gracias al trilingüismo. Y que el tetralingüismo sería el acabóse, oigan.
Continuará... (supongo)

2 comentarios:

Nibu dijo...

Consejo de la secre: si quieres que no sólo te comenten usuarios de blogger (ya registrados) instala un sistema de comentarios tipo Enetation (http://www.enetation.co.uk) o Haloscan. Son fáciles de utilizar, sólo se trata de insertar en algún sitio dentro del "body" del "template" el código que te suministran cuando te registras. Es que, ejem, confesión: yo también tuve mi fase blog... :-------------) (saluda a Barbra)

nibu dijo...

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