viernes, mayo 06, 2005

Dormir, tal vez hablar

Cuando de veras has dormido acompañado, eres consciente de lo bien que se duerme solo. Cuando de veras has dormido solo, echas de menos la incomodidad de dormir acompañado. La posibilidad de tender puentes de piel a piel para cruzar la noche con garantías. Es quizá la mayor de las intimidades, la prueba definitiva: no te ruborices, lector crepuscular, si confieso que renuncié a alguna relación altamente satisfactoria en lo físico por no sentirme capaz de dormir al lado de esa persona.
En cierta ocasión, una amiga me sugirió que solventara las emergencias abrazándome a un cojín. Pero yo ya sabía de lo efectivo de tal solución cuando tu subconsciente se presta a dejarse engañar por una mera disposición de los brazos. Y, desde luego, los cojines no hablan.
Hay noches en las que todo cuanto necesitas es una voz a tu lado. No una voz cualquiera, eso ya lo sabemos. Y, porque el dormir esconde la mayor de las intimidades, te muestras dispuesto a cambiar de escenario, a renunciar a la tibia complicidad de la inconsciencia. Una cerveza en un bar serviría. Sin ánimo de grandes confesiones, simplemente un encauzar la oscuridad con dos o tres anécdotas y opiniones intrascendentes. Alguna broma privada, como mucho.
Pero quién eres tú para reclamar la voz y la mirada de otra persona. No, sin duda reclamar no. Ni, en el otro extremo del espectro emocional, suplicar. Sugieres, si acaso. Y cruzas los dedos.
Y puede perfectamente suceder que la noche jamás te dé respuesta.
Así que, en el mayor de los silencios, procedes a meterte en la cama. Cómodamente solo, el estado que nos resulta más natural. No es ningún drama. Habrá muchas como ésta. Pero, con razonable disimulo, echas de menos el tender puentes de piel. Y todas esas simples palabras que no has podido lanzar, todas aquellas que no has logrado escuchar... Bueno, de algún modo permanecen ahí. Flotan a tu alrededor. Son las sombras que se proyectan contra el techo de la habitación.
Tan sólo quieres dormir, y en verdad duermes tan solo...

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To dream the impossible dream...

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