domingo, mayo 22, 2005

Dos textos para lelos

“De todos los problemas que hay en el mundo ahora mismo, probablemente hay dos que, en el momento de escribir esta unidad didáctica, tienen muchas semejanzas con el genocidio nazi (...): son la construcción del muro de la vergüenza en Palestina y el encierro de prisioneros talibanes en la base militar que Estados Unidos tiene en la isla de Cuba, en Guantánamo”. Sostienen tal opinión los profesores de la UAB Joan Pagès y Montserrat Casas, y la esgrimen en Republicans i republicanes als camps de concentració nazis, manual escolar editado por el Ayuntamiento de Barcelona que se repartirá en institutos de secundaria el próximo mes de septiembre.
“Un imbécil, un fascista que se cree parte de una raza superior, algo peor que Hitler”. Así ha calificado Hugo Chávez, presidente de Venezuela, a José María Aznar a raíz de una conversación mantenida años ha entre ambos en la que el segundo presuntamente manifestó que Haití y los países africanos habían perdido “el tren de la victoria y están condenados a desaparecer”.
Ante todo ello, lamentar tan pobre capacidad comparativa. Y es que relacionar la Alemania nazi con el sionismo, con los Estados Unidos neocon o con el presidente de la FAES equivale a comparar al Real Madrid de las cinco copas de Europa con el Alcoyano: por mucha voluntad que los segundos términos le pongan, vamos, que ni por asomo.
Un poquito de por favor, señores. El genocidio nazi sólo tiene parangón (e incluso superación) en el genocidio estalinista. Y, mal que le pese, José María Aznar no llega a la suela de las botas de Adolf Hitler (sus palabras eran si acaso darwinistas, además).
Evitemos que nuestros alumnos piensen que Auschwitz fue una prisión donde cuatro judíos murieron por el exceso de celo de sus interrogadores y donde siete más fueron obligados a desnudarse y a simular prácticas sexuales (a cada infamia el valor que le corresponde, ni más ni menos).
Y, sobre todo, intentemos que nuestro ex presidente no pase a la posteridad con un mérito mayor que el derivado estrictamente de su rabiosa mediocridad.

No hay comentarios: