"¡Dios mío, Dios mío!" - La Japonesa Más Alta del Mundo ayer por la mañana, tras descubrir que se había quedado dormida y que llegaba tarde al trabajo (obviamente, este ladrador crepuscular no fue testigo directo de estas palabras pero, puesto que LJMADM entró en la oficina repitiéndolas y no dejó de murmurarlas hasta poco después del almuerzo, me creo habilitado moralmente para situarlas a eso de las 8:30am, en las cercanías de su tatami).
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