"Supongo que los revolucionarios son aquellos capaces de asumir la brutalidad del mundo y responderle con mayor brutalidad todavía. (...) Era delgada, iba vestida de cuero blanco, tenía la tez casi de color humo, era muy sexual; enseguida me di cuenta de que me consideraba una especie de niñito lisiado y muy enfermo. Tenía razón: soy un niñito lisiado, muy enfermo, que no puede vivir. No puedo asumir la brutalidad del mundo; sencillamente, no lo consigo."
De La posibilidad de una isla, de Michel Houellebecq.
De La posibilidad de una isla, de Michel Houellebecq.
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