Creo que fue cierto presidente de las barras y estrellas, el único que este ladrador crepuscular recuerda a una barba pegado, quien sostuvo que en política puedes engañar a los unos un rato y a los otros otro rato, pero jamás a todos juntos al mismo tiempo. Idea que debería ser aplicable al noble (pero muy venido a menos) arte de ejercer la oposición. Y es que, en efecto, cuando te dedicas a llevar la contra a todos en todo corres el riesgo, entre otros muchos, de caer en la más flagrante incoherencia (esa en la que cualquier Manolito de a pie repara). Y sucede, por ejemplo, que uno de los miembros de tu partido (un Jaime Mayor Oreja, por decir algo) se niega a condenar el franquismo en el Parlamento Europeo mientras que otro (pongamos que una María San Gil) no tiene mejor idea que descalificar la reunión entre el socialismo vasco y Batasuna al compararla "con otras fotos históricas, como la de Hitler con Franco". Y eso, que nada, a por la siguiente...
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