martes, febrero 07, 2006

Obviedades

Responder a quienes asocian tu religión a la violencia quemando embajadas es como pretender que uno no es disléxico al grito de: “¡Disxécilo soy no!”.

Todo ataque, por muy preventivo que se pretenda, alumbra réplicas tirando a peludas. El fallido 'Gambito de Saddam' por parte del imperio norteamericano ha ayudado a la victoria del islamismo radical en Irán y Palestina. Y, en el primero de los casos, a que el régimen de los ayatolás se ponga gallito respecto a Israel y el asunto nuclear. Hay réplicas más devastadoras que el terremoto en sí.

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