Lo que le sobra: Cinco o diez minutos, la espantosa iluminación de la escena de la pesadilla y las ganas de arrasar en los Oscar de este año.
Lo que le falta: Posiblemente, nada.
Lo que tiene: Fotografía. Fotografía. Un plano-secuencia de los que valen el Oscar a la mejor dirección. Más fotografía. A Vanessa Redgrave, amén de un ramillete de actores bastante bien puestos. Y unos primeros 50 minutos sencillamente espléndidos.
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