Para ulular lastimeramente:
Su falta de ritmo y su duración, tan excesiva (y son sólo dos horas) como la interpretación de Philip Seymour Hoffman, un magnífico secundario que comienza a pesar demasiado como principal. Sobre todo, la ausencia de un giro argumental que permita cobrar vuelo a la narración, propuesta a modo de puzzle pero, a la hora de la verdad, dueña de unas maneras terriblemente planas.
Para ladrar efusivamente:
Su título. La venerable edad de su realizador. La excelente forma física de Marisa Tomei. El muy correcto, aunque también un tanto sobreactuado, papel de perdedor de Ethan Hawke. Albert Finney, inmenso por más que su Parkinson parezca menos interpretado que real.
El consejo crepuscular:
Véala en sesión doble en el dvd de su caseta, seguida inmediatamente de 12 hombres sin piedad, Tarde de perros, Veredicto final, Power o cualquier otro clásico de Lumet.
Su título. La venerable edad de su realizador. La excelente forma física de Marisa Tomei. El muy correcto, aunque también un tanto sobreactuado, papel de perdedor de Ethan Hawke. Albert Finney, inmenso por más que su Parkinson parezca menos interpretado que real.
El consejo crepuscular:
Véala en sesión doble en el dvd de su caseta, seguida inmediatamente de 12 hombres sin piedad, Tarde de perros, Veredicto final, Power o cualquier otro clásico de Lumet.
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