Estado de la cuestión en el momento de redactar estas líneas, a mediados de febrero: tras anunciar en su blog que deja tanto la música como el blog, Ryan Adams hace público su compromiso matrimonial con la actriz Mandy Moore. La boutade artístico-sentimental de turno, vamos, pero nada que tenga verdadera relación con el presente disco. Son noticias que entretienen, que invitan a sonreírse a costa del amigo y que, ahora mismo, nos evitan tener que repetir en un ochenta por ciento lo ya comentado hace año y poco a vueltas con el precedente Easy Tiger; esto es, en sucesión de conceptos clave: rehabilitación, consistencia, country alternativo decorado con fogonazos de rock ochentero, álbum notable… Añadir, si acaso, que lo peor que se puede decir de Cardinology es que baja el listón tras sus excelentes cuatro primeros temas. Y nada, que aquí seguimos, aguardando la próxima salida de tono (que la habrá) lo mismo que el siguiente paso de una carrera que por fin parece haber encontrado el rumbo (y llegará también, llegará).
(Esta reseña ha aparecido en el número de marzo de Go Mag.)
(Esta reseña ha aparecido en el número de marzo de Go Mag.)
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