sábado, mayo 14, 2005

Dignidad

Es cuanto transmiten hasta la fecha las reacciones de la comunidad de deportados y familiares de deportados a los campos nazis ante el desenmascaramiento de Enric Marco. Ejemplo de ello es la Carta abierta a la hija de Enric Marco que firma Llibert Tarragó en la edición de Catalunya de El País de hoy. Señal, quizá, de que el horror absoluto limita bastante la capacidad de demagogia. Invita a hablar desde la cordura. Obliga a tener siempre en cuenta el dolor, propio y ajeno.
(Por cierto que, en la misma página, Pilar Rahola se arroga el derecho a sentirse indignada en una de sus habituales muestras de exhibicionismo periodístico: a su lado, las palabras de Tarragó lucen doblemente).

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