miércoles, enero 11, 2006

Amor checo

"Y me dio una manzana, y yo tenía en una mano una linterna y en la otra la manzana, y Masa se apretó contra mí, me abrazó, era más fuerte que yo, y las mejillas le olían a leche, se apretó contra mí de tal manera que la lamparita de aceite me calentaba el pecho, la llama me ardía hasta el corazón y me susurró:
-Milos, Milos, yo te quiero, te quiero tanto, pero todo lo que pasó fue culpa mía, les he preguntado a las chicas cómo hacerlo, les pregunté a las mayores, seguro que todo volverá a estar bien, seguro, ahora ya sé cómo hacerlo... ¿sabes?"

Trenes rigurosamente vigilados, de Bohumil Hrabal.

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