Lo que le sobra: El exceso de barroquismo en los diálogos de los primeros quince minutos; toda vez Diablo Cody ha dejado clara su presencia guionista, la cosa cobra vuelo.
Lo que le falta: Lo que a cualquier golosina: proteínas, vitaminas, algo que alimente... (todo aquello de lo que en definitiva no sueles acordarte cuando estás zampándote un paquete de caramelos)
Lo que tiene: Una actriz capaz de lidiar con tan intenso personaje sin resultar cargante. Una visión fresca y desdramatizada sobre tan vidrioso tema. Algún que otro homenaje tirando a simpático (que aspen a este ladrador crepuscular si el hoodie rojo de Ellen Page no es el que ya lucía en Hard Candy). A un entrañable J.K. Simmons en el papel del padre de la criatura. Una guinda indie a modo de banda sonora. El valor para no censurar moralmente las elecciones de sus personajes, desde el papanatismo de Michael Cera hasta el síndrome de Peter Pan de Jason Bateman. Y, claro está, el teléfono-hamburguesa de Juno.
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