A Mark Lanegan le dijeron de pequeño: "Quédate aquí, no te muevas...". Y él ahí sigue, impertérrito, sabedor (porque estas cosas siempre tienen truco) de que su vozarrón se sirve y se basta para controlar la situación a varios kilómetros a la redonda. Greg Dulli, en cambio, se había lanzado a conquistar el mundo (y las muchas mujeres que contiene) cuando su madre no había aún acabado de decir "estate quiet...". Es por ello que la unión de ambos, bajo el lema de The Gutter Twins, arroja instantes de fuerzas que se restan, en los que el palo le puede ciertamente a la peonza. Pero también episodios de belleza sublime, sostenidos en el gesto malabarista del ex liberal afgano y el versificar brutal de quien en su día hizo gritar a los árboles. Memorable por todo ello, en definitiva, el concierto de anoche en la sala Razz...
(La imagen pertenece a un show tan francés como anterior y es propiedad de Lorène Lenoir.)
(La imagen pertenece a un show tan francés como anterior y es propiedad de Lorène Lenoir.)
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