Ayer tarde, durante la sobremesa de la tradicional comida de Navidad de la empresa, la Japonesa Más Alta del Mundo (que es compañera laboral de un servidor) pronunció un discurso intenso y conmovedor que no deja de rondarme la cabeza. Fueron sus palabras un alegato hacia todo cuanto representan estas fechas, motivos y sentimientos que quizá pasamos por alto con demasiada facilidad y que convendría tener siempre presentes. Por ello, sirva este humilde (y estractado) post para compartir con asiduos y neófitos del ladrido crepuscular tan acertado y entrañable comentario:
"Istumo osewani natteimasu. Korekaramo dozo yoroshiku onegaishimasu." - Mihoko Sugita.
"Istumo osewani natteimasu. Korekaramo dozo yoroshiku onegaishimasu." - Mihoko Sugita.
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