Mulholland Drive vs. Stay
La primera es un paso adelante en las maneras de la narrativa cinematográfica, representa (a falta de ver Inland Empire) la culminación de lo anticipado en Lost Highway, se trata (intuimos) de la genialidad de un visionario (aunque, precisamente por eso, quizá sólo hayamos de constatarlo de aquí a unos quince años). La segunda, notablemente más accesible pero aún así turbadora, logra adecuar una muy personal forma a su fondo de onirismo pre-mortem, confirma a Marc Forster en el rol de alumno aventajado, capaz de regurgitar sin atragantarse lo mismo a Lynch que a Hitchcock, aunque haya mostrado también cierta tendencia a la irregularidad...
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