Quizá sea el signo de los tiempos. Quizá la insaciable, infantil sed de ilusiones propia del forofo balompédico. En cualquier caso, encumbramos y descabezamos ídolos a una velocidad de vértigo. Allí donde el año pasado habíamos dicho Ronaldinho dijimos hace dos días Messi y decimos ahora mismo Bojan. Aunque suspiramos, claro, por una recuperación del primero que venga a unirse al mantenimiento del segundo para, con el definitivo ascenso del tercero, amén de una hipotética resurrección del lánguido Henry, ingresar en la leyenda de las delanteras generadoras de babeo compulsivo. La temporada es larga. Por eso, mientras aguardamos que los resultados y el juego caigan de nuestro lado ("God's Own Country", que diría un neozelandés), seguimos aferrándonos a cuanto destello tenga a bien ofrecérsenos. El último lo firmó el wunderkind de moda, Krkic', y lo puedes descargar, oh sabio lector crepuscular, más o menos aquí.
martes, noviembre 27, 2007
Ronie, Messi... ¡Bojan!
Quizá sea el signo de los tiempos. Quizá la insaciable, infantil sed de ilusiones propia del forofo balompédico. En cualquier caso, encumbramos y descabezamos ídolos a una velocidad de vértigo. Allí donde el año pasado habíamos dicho Ronaldinho dijimos hace dos días Messi y decimos ahora mismo Bojan. Aunque suspiramos, claro, por una recuperación del primero que venga a unirse al mantenimiento del segundo para, con el definitivo ascenso del tercero, amén de una hipotética resurrección del lánguido Henry, ingresar en la leyenda de las delanteras generadoras de babeo compulsivo. La temporada es larga. Por eso, mientras aguardamos que los resultados y el juego caigan de nuestro lado ("God's Own Country", que diría un neozelandés), seguimos aferrándonos a cuanto destello tenga a bien ofrecérsenos. El último lo firmó el wunderkind de moda, Krkic', y lo puedes descargar, oh sabio lector crepuscular, más o menos aquí.
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