Cuestión de fondo y cuestión de forma. En el fondo, Irak es poco más, tanto como un nuevo Vietnam. Y de Vietnam lo sabemos ya todo, pues ha sido voceado hasta la saciedad. Pero, allí donde el sudeste asiático es pasado, Oriente medio es presente. Y las formas bajo las que se amplificaba la guerra hace tres o cuatro décadas no son las formas de aquí y de ahora. Por una vez, Brian DePalma se autoplagia en el contenido del relato (su Casualties of War ya narraba la violación de una civil por parte de soldados norteamericanos), más no en el estilo bajo el que lo presenta. Sucede, no obstante, que la del rey de la grúa y el plano esteticista quizá no sea la firma más adecuada a la hora de gestionar un falso documental. Sí, todo son vídeos aficionados, webcams, cámaras de seguridad, grabaciones caseras colgadas en YouTube, reportajes televisivos... Pero los diálogos e interpretaciones no nos remiten a cuanto pueda estar sucediendo en este preciso instante en Bagdad o Basora, sino a Full Metal Jacket. A Platoon. Incluso a Algunos hombres buenos, en una secuencia particularmente desacertada. Tal es el volumen del desencuentro que las fotografías que cierran la película valen por todo el metraje precedente: son reales y poco más hay en Redacted que tenga visos de verdad. Quien a forma mata a forma muere, y a fe que la de DePalma viene resultando una agonía interminable.
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