viernes, marzo 28, 2008

Roth, la vejez y la esperanza

"A vueltas con la vejez, es su obsesión de las últimas novelas y memorias. ¿No lo lleva bien? Escribo sobre ello. Lo exorcizo. Me viene bien hacerlo. Hacerse viejo es un cambio bastante duro en la vida, no hay nada comparable. Ni te lo imaginas. Ni a los treinta, ni a los cuarenta, ni a los cincuenta. ¿Y qué es lo que no se te puede pasar por la cabeza? Que el tiempo se acaba, que ya no sabes cuántos años te quedan, si cinco, si seis. Sabes que ya no van a ser más de 20. Has llegado al fondo. Y luego están las pérdidas. Un amigo mío murió ayer. Primero has perdido a tus abuelos; después, a tus padres. Ahora pierdes a los amigos. Es duro, es fuerte. Aparte de todo eso, cuando el tiempo se acaba, vas perdiendo las facultades. La memoria, me aterra perder la memoria.

Aún así, en ‘Sale el espectro’ le encuentra ventajas cuando dice que… ¿Ventajas? No, en mi libro no le saco ninguna ventaja a la vejez.

Bueno, cuando se refiere a que las últimas grandes respuestas esperan al final. Ya, pero eso no es una ventaja. Es la vida. No se haga ilusiones con eso.

¿Por qué no? Porque no quiero que tenga ninguna esperanza."

(De la entrevista de Jesús Ruiz Mantilla con Philip Roth en El País Semanal del pasado domingo)

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