No es obra de Photoshop, sino de un arma igualmente milagrosa: la promoción de un blockbuster veraniego. Así, al dios de la fertilidad de Cerne Abbas, en Dorset, le ha crecido un Homer Simpson de 180 pies de altura (sus buenos 60 metros), donut en ristre y delineado con pintura biodegradable. Los paganos locales ya han anunciado que rezarán para que una "lluvia milagrosa" borre de la faz de la tierra (literalmente) lo que consideran una afrenta a sus fálicas creencias.
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