¿Existe la Generación Nocilla? (O, si lo prefieres, porque el término generación no te guste, el grupo...)
No creo que exista una Generación o Grupo Nocilla. Cierto es que varios de los participantes del Atlas Literario Español celebrado en Sevilla formaron parte del grupo barcelonés La Gancho Divine: Gabi Martínez, Álvaro Colomer, Ricard Ruiz, un servidor… Pero aquella formación nació de nuestra amistad e interés por la literatura antes que de grandes posicionamientos estéticos (a día de hoy seguimos jugando a fútbol o saliendo de copas sin necesidad de lema alguno).
Personalmente, admiro cómo Gabi ha sabido recuperar la novela de aventuras en Sudd. Comparto con Ricard la idea de que La ofensa de Ricardo Menéndez Salmón es de lo mejorcito publicado durante el último año. Y considero que Agustín Fernández Mallo es un notable narrador con un aún mejor discurso teórico a sus espaldas (Nocilla Dream es mejor en entrevista que leída, y leída es buena). No obstante, la comparación de todas esas obras, entre sí y respecto a la mía, arroja unos parecidos demasiado escuetos como para fundar una generación sobre ellos. Claro que, bien mirado, quizá seamos la primera generación basada en la variedad antes que en la semejanza. Pero no me corresponde a mí juzgarlo.
¿Cómo surge, cuál sería su fecha de creación/fundación/ detección?
Si algún día se nos ha de ver como generación, diría que un embrión fue la ya citada La Gancho Divine, y que Sevilla'07 nos permitió entrar en contacto con otros autores a los que admirábamos y, quizá, influenciarnos mutuamente.
¿Quienes son vuestros modelos y maestros?
El abanico es demasiado amplio. Los míos concretamente van desde el Francisco Casavella de El triunfo hasta el Jonathan Lethem de La Fortaleza de la Soledad... En algún momento coincidimos también en nuestro interés por Javier Calvo.
¿Qué rasgos distinguirían a esta generación?
(Si la hay o habrá, perdón por insistir) Su carácter heterogéneo, las coincidencias puntuales y temporales. Gabi y Álvaro sirviéndose de la crónica como posicionamiento político o para meter el dedo en la llaga, para hablar sobre lo que generalmente no se toca… Quizá la alegría con la que saltamos entre realidad y ficción, compartimentos cada vez menos estancos: Ricard camufla de ficción una serie de historias reales sobre la esquizofrenia mientras yo disfrazo de realidad la biografía de un personaje completamente inventado. También ese "filtro tecnológico" del que habla Fernández Mallo: para bien o para mal, la televisión, el vídeo/dvd e Internet están afectando nuestro modo de ver el mundo. Muchos de nuestros trabajos suman aludes de referencias, como si de links cibernéticos se tratara.
¿Qué os diferencia de vuestros mayores?
No lo sé. Si mi mayor más inmediato es Casavella, lo cierto es que quiero parecerme a él y escribir igual de bien antes que distanciarme.
¿Y de vuestros contemporáneos?
A veces todo. En ocasiones nada. Quizá, como respuesta a las últimas dos preguntas, se debería aclarar que cambiamos de una obra a otra. ¿Cómo parecerse a otros si no quiere uno parecerse demasiado a sí mismo?
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