La información ya está en la red: aquí. Se podría comentar profusamente, destacar cierta pérdida de valores, el modo en que lo cultural ha dejado de ser señal de distinción. Mejor vender alpargatas que dejar de vender historia. O libros. Etcétera, etcétera. Pero no cabe poner el grito en el cielo. Melancolía ante los compañeros que se marchan, sí. Pero la constancia de que este puesto de trabajo es un privilegio. Si algún día desaparece, se vuelve a la mina y que nos quiten lo bailado. Mientras tanto, decir que la noticia de nuestra inquietud dejó hace tiempo de ser noticia. Porque las cosas siempre van como van: ni bien ni mal, sino todo lo contrario y quizás...
No hay comentarios:
Publicar un comentario