Para ulular lastimeramente:
Su gran virtud alimenta su principal defecto: a base de recortes y descartes y alteraciones logra meter en 150 minutos de ritmo la mar de correcto las 650 páginas de la novela original. Ejercicio de funcionalidad que debió de dejar tan agotados a sus responsables que, a la hora de conectar la cámara, no dieron para un solo destello de genio.
Para aullar efusivamente:
Noomi Rapace: tenía que lidiar con el personaje más difícil de la última década de literatura popular y cumple, a ratos con creces. Su fotografía. Que logre dar naturaleza cinemática a la investigación periodística de un Blomkvist, por otro lado, también correctamente encarnado por Michael Nyqvist. Y que, entre tanto personaje muerto antes de tiempo o desaparecido en la sala de montaje, no se haya renunciado a los pasajes más duros del libro, que en efecto vuelven a poner los pelos de punta.
El consejo crepuscular:
Si ha leído el libro que le da pie, quédese con los muchos guiños a fragmentos y aclaraciones de negro sobre blanco que no han hallado cabida en el celuloide. Si no, véala para saber si le puede interesar acercarse a la obra de la que todo quisque lleva meses hablando, un título no especialmente "literario" pero sí lleno de fuerza, sentido de la denuncia, ritmo... el primer gran clásico negro de este siglo.
Su gran virtud alimenta su principal defecto: a base de recortes y descartes y alteraciones logra meter en 150 minutos de ritmo la mar de correcto las 650 páginas de la novela original. Ejercicio de funcionalidad que debió de dejar tan agotados a sus responsables que, a la hora de conectar la cámara, no dieron para un solo destello de genio.
Para aullar efusivamente:
Noomi Rapace: tenía que lidiar con el personaje más difícil de la última década de literatura popular y cumple, a ratos con creces. Su fotografía. Que logre dar naturaleza cinemática a la investigación periodística de un Blomkvist, por otro lado, también correctamente encarnado por Michael Nyqvist. Y que, entre tanto personaje muerto antes de tiempo o desaparecido en la sala de montaje, no se haya renunciado a los pasajes más duros del libro, que en efecto vuelven a poner los pelos de punta.
El consejo crepuscular:
Si ha leído el libro que le da pie, quédese con los muchos guiños a fragmentos y aclaraciones de negro sobre blanco que no han hallado cabida en el celuloide. Si no, véala para saber si le puede interesar acercarse a la obra de la que todo quisque lleva meses hablando, un título no especialmente "literario" pero sí lleno de fuerza, sentido de la denuncia, ritmo... el primer gran clásico negro de este siglo.
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