Son los periodistas fallecidos en circunstancias digamos que raritas desde 2000, año en que Vladimir Putin llegó a la presidencia de Rusia. El último, Ivan Safronov, ex coronel del ejército, vivía en un tercer piso pero se despeñó desde el quinto con una bolsa de mandarinas. Los servicios secretos, claro está, se habían quejado a menudo a causa del contenido de sus artículos.
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