sábado, junio 28, 2008

"Los cronocrímenes" de Nacho Vigalondo


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Para ulular lastimeramente:
Su título. Que, aunque narrada con absoluta corrección, no transmita desde lo visual la misma fuerza que su guión. Que la cabeza vendada del malo de la función remita en exceso a la reciente El orfanato y la inminente The Strangers. Y la (chillona) interpretación del propio Nacho Vigalondo durante el segundo acto.

Para ladrar efusivamente:
Su pulso. Su duración, apenas 88 minutos. Karra Elejalde. Y, por encima de todo, un guión que hubiera firmado el mismísimo Ray Bradbury (si no llegó a hacerlo, claro).

El consejo crepuscular:
Obvie sus pequeños descosidos. Disfrútela. Celebre la ausencia de trampas, el gran mal del género. Piénsela. Acto seguido, regrese al pasado y recomiéndesela a sí mismo. Visiónela de nuevo por vez primera. Obvie sus pequeños descosidos. Disfrútela. Celebre la ausencia de trampas, el gran mal del género. Piénsela... Y así hasta que estrenen el nuevo Batman.

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