Torre de Babel apaisada y flotante, la Nave surca el Nilo camino del Sudd, inmenso lago sito en el corazón del Sudán que desafía a los más avezados marineros a causa de su peculiar hidro(geo)grafía, marcada por centenares de islotes a la deriva cual icebergs de sedimento y desecho. Allí damos con el anónimo protagonista de la última obra de Gabi Martínez, un traductor hispano que ejerce de puente idiomático entre petroleros anglosajones, hombres de negocios chinos y población autóctona: políticos, ex guerrilleros, jefes tribales y demás fauna de un país que, tras décadas de guerra civil, aspira a mostrar una nueva cara con ese trayecto fluvial simbólico y plagado de intereses comerciales. Pero la violencia suele agrietar con sus réplicas la más voluntariosa de las superficies. Y, en la crisis inevitable, el don de lenguas y de gentes resultará clave para la supervivencia.
Venía Martínez con fama de posmoderno merced al marco Playstation de su anterior obra, Ático, y a su reivindicación como Foster Wallace patrio desde los artículos de Una España inesperada. Por ello resulta llamativa la solidez demostrada en esta pieza clásica, notable en sus engranajes de suspense psicológico, sugerente en su homenaje a Conrad y Melville, jugosa en sus diversas metáforas lingüísticas. Sucede, con ello, que el barcelonés culmina su carrera en el ámbito de la novela de viajes, trasciende lo reclamado desde el papel de agitador cultural y se cuela con honores en el grupo de cabeza del relevo generacional de nuestras letras.
(Esta reseña ha aparecido en el número de mayo de Go Mag)
Venía Martínez con fama de posmoderno merced al marco Playstation de su anterior obra, Ático, y a su reivindicación como Foster Wallace patrio desde los artículos de Una España inesperada. Por ello resulta llamativa la solidez demostrada en esta pieza clásica, notable en sus engranajes de suspense psicológico, sugerente en su homenaje a Conrad y Melville, jugosa en sus diversas metáforas lingüísticas. Sucede, con ello, que el barcelonés culmina su carrera en el ámbito de la novela de viajes, trasciende lo reclamado desde el papel de agitador cultural y se cuela con honores en el grupo de cabeza del relevo generacional de nuestras letras.
(Esta reseña ha aparecido en el número de mayo de Go Mag)
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